Las posibilidades de seguir adelante sin caer en la delincuencia son escasas en un medio tan hostil como el del barrio marginal en el que viven Quico y las hijas de Toño. Mientras el joven comienza a hacerse preguntas, ellas verán desmoronarse la vida que conocen ante la ausencia del padre.


Las intrigas, ajustes de cuentas, el silencio de la comunidad y el abuso de poder se dan la mano con la solidaridad y el afán de superación en las páginas de CASETAS.


No es esta la última novela de la autora, sino la primera. Una obra guardada en un cajón durante años, pero en la que ya señalaba la importancia del arte y las letras como instrumento para la emancipación de los más desfavorecidos, y en la que ya se observan los rasgos que conformarían el estilo de su narrativa posterior.


La historia de Quico es, ante todo, un relato de superación que nos traslada a una época de días inciertos, un tiempo en el que los derechos de los más vulnerables eran una utopía.