Alexis Ortiz tiene claro que, de existir la reencarnación, en su vida anterior fue un koala. No tanto por lo de trepar a los árboles como por la pinta tan terrorífica que tiene cuando sale de la ducha. En su vida actual, además de a escribir, se dedica a dar paseos con sus perros y a otras cosas que, pese a ser mucho menos gratificantes, consiguen que llegue a fin de mes.
Alexis Ortiz tiene claro que, de existir la reencarnación, en su vida anterior fue un koala. No tanto por lo de trepar a los árboles como por la pinta tan terrorífica que tiene cuando sale de la ducha. En su vida actual, además de a escribir, se dedica a dar paseos con sus perros y a otras cosas que, pese a ser mucho menos gratificantes, consiguen que llegue a fin de mes.