Accion Social: El Pueblo Cristiano Testifica del Amor de Dios AETH: Social Action (Ministerio series) Spanish AETH

Accion Social: El Pueblo Cristiano Testifica del Amor de Dios AETH: Social Action (Ministerio series) Spanish AETH

by Association for Hispanic Theological Education, Hugo Magallanes
Accion Social: El Pueblo Cristiano Testifica del Amor de Dios AETH: Social Action (Ministerio series) Spanish AETH

Accion Social: El Pueblo Cristiano Testifica del Amor de Dios AETH: Social Action (Ministerio series) Spanish AETH

by Association for Hispanic Theological Education, Hugo Magallanes

eBookAccion Social: El Pueblo Cristiano Testifica del Amor de Dios - eBook [ePub] (Accion Social: El Pueblo Cristiano Testifica del Amor de Dios - eBook [ePub])

$11.49  $14.99 Save 23% Current price is $11.49, Original price is $14.99. You Save 23%.

Available on Compatible NOOK devices, the free NOOK App and in My Digital Library.
WANT A NOOK?  Explore Now

Related collections and offers

LEND ME® See Details

Overview

Algunas personas ven el trabajo social de la iglesia local como «el patito feo» de nuestra fe; como algo que se debe hacer pero que nadie quiere hacerlo. Aun más, hay quienes consideran que este tipo de ministerio no es necesario y que eltrabajo de ofrecer ayuda social le corresponde al gobierno y a otras agencias no gubernamentales pero nunca a la iglesia. Por estas razones, en este libro presento las bases y los fundamentos necesarios para responder a estas formas de pensar y tratar de cambiar la percepción de que el objetivo de la iglesia es solamente espiritual, sin ninguna implicación social. De la misma manera, espero que las sugerencias y métodos aquí presentados sean útiles para desarrollar ministerios de acción social que sirvan para aliviar las necesidades y sufrimientos de nuestro pueblo hispano y de la gente pobre y vulnerable que se encuentra en las comunidades a las cuales ministramos.  

Some people see the social work of the local church as “the ugly duckling” of our faith; something that should be done but no one stepping forward to do it. Others look to our state and local governments to handle this work. This book presents the basics to respond to these methods of thinking, and attempts to change the perception that the objective of the church is only spiritual, without any social responsibility. Suggestions and methods are presented to equip social action teams to assist with the needs and sufferings of the Hispanic community and the vulnerable and poor of our communities.


Product Details

ISBN-13: 9781426771774
Publisher: Abingdon Press
Publication date: 04/01/2013
Sold by: Barnes & Noble
Format: eBook
Pages: 130
File size: 896 KB
Language: Spanish

About the Author

The Asociación para la Educación Teológica Hispana (AETH) exists to stimulate dialogue and collaboration among theological educators, administrators of institutions for ministerial formation, and Christian ministerial students in the United States, Canada and Puerto Rico.

La Asociación para la Educación Teológica Hispana (AETH) existe para fomentar el diálogo y la colaboración entre educadores teológicos, administradores de escuelas de formación ministerial y estudiantes para el ministerio cristiano en los Estados Unidos, Canadá y Puerto Rico.


Associate Professor of Christianity and Cultures, Perkins School of Theology, Southern Methodist University

Read an Excerpt

Acción Social

El pueblo cristiano testifica del amor de Dios


By Hugo Magallanes

Abingdon Press

Copyright © 2012 Abingdon Press
All rights reserved.
ISBN: 978-1-4267-7177-4



CHAPTER 1

Bases bíblicas y teológicas: El amor infinito de Dios en acción


Antes de presentar pasos prácticos y estrategias a seguir para motivar e involucrar líderes laicos y congregaciones a que tomen parte activa en la labor social en sus comunidades, creo que es de vital importancia exponer las razones principales, los principios bíblicos y teológicos, que fundamentan esta importante tarea. En muchas ocasiones la tarea y la responsabilidad social de la comunidad cristiana es olvidada precisamente porque es vista como algo secundario, no esencial y, por lo tanto, opcional. Esto explica por qué esta labor usualmente es relegada a un segundo término. Los fundamentos que serán presentados a continuación tienen el objetivo de proveer las bases y los argumentos necesarios para entender y practicar la labor social en nuestra comunidad como una parte integral (no opcional) en la vida cristiana, de una manera personal, y en la vida de la comunidad cristiana, de una manera corporativa. Estos fundamentos pueden ser utilizados para preparar estudios bíblicos y sermones o como material de estudio para preparar tanto líderes como la congregación en general. Una vez que estas bases sean presentadas, la reacción común deberá ser un sincero deseo de involucrarse y desarrollar ministerios efectivos para servir al pueblo y para mitigar las necesidades sociales de la comunidad donde se encuentra localizada la congregación.

Por supuesto que la explicación que a continuación se ofrece no pretende ser un estudio exhaustivo de todo el material bíblico. Nuestro objetivo es proveer referencias bíblicas e interpretaciones que nos lleven a entender el amor de Dios en acción; la manera que Dios quiere que su pueblo sirva a la gente de su alrededor como una muestra y expresión del carácter divino y su amor incondicional.


Antiguo Testamento

A pesar de que la comunidad cristiana no es una realidad tangible en el Antiguo Testamento (en adelante, el AT), las bases y la importancia de la labor y responsabilidad social del pueblo de Dios son evidentes en las primeras páginas del Biblia Hebrea. Aún antes del establecimiento de Israel como el pueblo de Dios, y aún antes del nacimiento de Cristo y el establecimiento de su iglesia, Dios muestra la esencia de su carácter y el deseo que sus seguidores reflejen este carácter en sus acciones diarias; particularmente cuando estas acciones tienen que ver con la gente y el medio ambiente que nos rodea. Solamente hay que leer la narrativa de la creación (Génesis 1 y 2) para observar que todo lo que Dios creó es bueno, lo que en sí es una declaración ética—es decir que tiene valor moral. La declaración divina le da carácter y pertinencia a la obra, no es sólo un objeto creado que tiene cierta utilidad o capacidad. Es mucho más que eso; es un reflejo de la bondad de Dios y por lo tanto es bueno.

El valor intrínseco de la creación no solo se manifiesta en actos de expresión del poder creativo de Dios, sino que toda la creación y el propio Creador se encuentran en armonía, en un equilibrio perfecto. Los seres vivientes y los objetos creados no se encuentran aislados los unos de los otros, sino que ambos forman parte de una perfecta armonía, donde hay un equilibrio perfecto y todos los elementos funcionan en colaboración unos con otros y con el mismo Creador. Es decir, sin lugar a dudas la narrativa de la creación describe el poder creativo de Dios y su carácter bondadoso. De igual manera indica que todo lo que fue creado tiene una relación directa y personal con el Creador mismo. De esta manera podemos ver que toda la creación, incluyendo la flora y la fauna, los humanos y los objetos, El Creador y la totalidad de su creación, se encuentran en perfecta armonía, es decir manteniendo un equilibrio perfecto y balanceado. La armonía se extiende aún entre estos mismos aspectos, es decir el medio ambiente y los seres vivientes; Dios y los seres vivientes; entre los seres humanos, y el hombre y la mujer. Todos mantienen una relación armónica con Dios, con el medio ambiente que los rodea y con el resto de los seres vivientes. Este tipo de explicación e interpretación de la narrativa de la creación es de vital importancia. No solo porque es el punto de partida tradicional de nuestro entendimiento de las bases y los principios del plan de Dios y la fe Cristiana, sino también porque muestra la intención original y el estado ideal que Dios formó como muestra de su carácter y amor divino.

Tradicionalmente la forma común de presentar la invitación a la vida cristiana nos lleva precisamente a la narrativa de la creación. Usualmente la presentación inicia con una descripción del Paraíso en toda su perfección y armonía, pero luego se describe la caída, es decir, el problema del pecado y la desobediencia de la raza humana, representada en las acciones de Adán y Eva (quienes son expulsados del Paraíso por su desobediencia). Desde ese entonces la armonía y comunicación con Dios se han destruido y la única manera de reparar estos aspectos es a través de Jesucristo. Por lo tanto, una vez que la persona acepta a Jesucristo es restaurada; su relación personal y su comunicación es restablecida.

Esta forma tradicional de presentar el mensaje y el plan de Dios es una manera efectiva que ha llevado a muchas personas al arrepentimiento y buscar a Dios como Señor de sus vidas, lo cual es digno de alabanza y es parte de nuestra labor reconciliadora. Sin embargo, este tipo de método tradicional lleva y dirige al nuevo creyente a una relación privada, que solamente tiene implicaciones espirituales. En cierta forma, el mensaje de armonía con los demás aspectos de la creación son relegados y frecuentemente completamente olvidados. Por lo tanto, me pregunto: ¿Por qué solo restaurar nuestra relación con Dios de una manera personal, si esto lleva a una fe privada e individualista? ¿Por qué no continuar con la labor de restauración con los otros aspectos de la creación? ¿Por qué no incluimos el medio ambiente y otros seresvivientes (humanos, la flora, la fauna, etc.) como parte del plan de restauración que Dios ofrece?

Es decir, muchas veces nos conformamos con que las personas tengan una relación personal y privada con Dios, como el fin y la conclusión del plan de salvación, por medio de la obra redentora de Cristo. Pero, ¿qué de los otros aspectos? ¿Cuál es la responsabilidad del cristiano, en particular, y de la comunidad cristiana, en general, con respecto al medio ambiente? ¿Cuál es nuestra labor de reconciliación con respecto a los otros seres vivientes—la flora, la fauna y los otros seres humanos? En mi opinión, la lectura cuidadosa de la narrativa de la creación nos demuestra la importancia del balance y la armonía como parte esencial del valor asignado por Dios a su creación.

El mensaje de salvación y restauración, desde este punto de vista, no se limita solamente al rescate individual de almas; también debe incluir el resto de la creación como parte integral del plan de restauración de Dios y de nuestra tarea como colaboradores con Dios en dicha tarea de restauración. Quienes nos llamamos «Cristianos» tenemos el deber y responsabilidad (más aún, el gran privilegio) de proclamar y trabajar para restaurar el equilibrio y la armonía descrita en las primeras páginas de las Escrituras. Y queda claro que esta tarea se desarrolla en el nombre y bajo el señorío de Jesús.

La narrativa de la creación no es el único pasaje en el AT donde podemos observar la importancia de nuestra responsabilidad moral con respecto al medio ambiente que nos rodea. Muchas de las narrativas del AT están dedicadas a promover la justicia para los pobres y los extranjeros. La lectura del mensaje de los profetas demuestra la importancia de la relación que existe entre adorar a Dios y proveer para las necesidades de los pobres, las viudas, los huérfanos y los extranjeros. En los libros de Levítico y Deuteronomio también encontramos leyes e instrucciones específicas en las cuales el pueblo de Israel, por mandato divino, debe de cuidar y proteger aquellos que se encuentran al margen de la sociedad. En repetidas ocasiones Dios instruye a su pueblo a cuidar y tomar responsabilidad por el pobre y el extranjero (por ejemplo, véase en Levítico 19: 9-11). De igual manera, y con la misma importancia, el libro del Éxodo presenta la responsabilidad del Pueblo de Dios con respecto a las viudas y los huérfanos (Éxodo 22: 21-25). Estos pasajes indican lo que Dios espera de su pueblo, lo cual se hace evidente cuando Dios declara las razones de las leyes del Jubileo y las instrucciones de las leyes de la Remisión, que se encuentran en Deuteronomio 15 y en Levítico 11 y 25.

En estos pasajes encontramos una gran serie de leyes e instrucciones, también encontramos la razón que sustenta las mismas. Las leyes e instrucciones tienen un objetivo principal: la formación de un pueblo diferente al resto. Es decir, Dios desea que su pueblo dé testimonio de quién es Dios. Por lo tanto, las leyes e instrucciones divinas sirven para formar el carácter y la identidad del pueblo de Dios. Obviamente, las leyes afirman la importancia de adorar a Dios y de reconocer sus actos de creación, poder y liberación. Empero, de la misma manera las leyes e instrucciones demandan que el pueblo de Dios preste atención a los necesitados, a los forasteros y a las personas vulnerables que son parte de esta comunidad.

De nuevo, si el plan de restauración de Dios es solo personal y espiritual, entonces: ¿por qué Dios demanda de su pueblo que tenga cuidado de la personas vulnerables dentro de esta comunidad? Si Dios sólo está preocupado por una salvación espiritual e individual, entonces: ¿por qué llama a todo al pueblo a ser benevolente con los forasteros y a cuidar de las viudas y de los huérfanos? Aún más, ¿por qué pide Dios que se deje descansar la tierra por año como una manera de recocer que Dios es el Creador?

Las respuestas a estas preguntas nos llevan al centro del corazón de Dios. La razón primordial de las leyes e instrucciones dadas en el Antiguo Testamento se reduce a la siguiente afirmación: Dios es amor. Dios es un Dios de amor que desea y busca la paz, la armonía y el balance perfecto de toda la creación. Dios desea que su pueblo refleje este amor como parte del aspecto esencial de la identidad de cada uno de ellos.

Una de las preguntas esenciales que se encuentra de manera implícita en la narrativa de la creación es: ¿por qué Dios creó el universo y los seres vivientes? A esta pregunta se le han dado varias respuestas, como, por ejemplo: que Dios se sentía solo, o que estaba en busca de compañía, o quizás que Dios tenía necesidad de ser adorado y por lo tanto creó seres que ese fin. Estas respuestas son un tanto problemáticas, ya que implican que Dios tiene necesidades básicas, y que por estas necesidades Dios creó el universo y los seres vivientes. Este tipo de explicación va en contra de la definición propia de Dios, un ser autosuficiente –es decir sin alguna necesidad. Por lo tanto, el decir que Dios se sentía solo o que tenía necesidad de ser adorado reduce a Dios. Lo presenta como un ser limitado que no es autosuficiente; es decir, que pierde uno de los atributos esenciales divinos.

Si bien estas razones no dan la respuesta correcta, hay otra explicación que no solo reconoce la autosuficiencia divina, pero que también nos ayuda a entender las leyes e instrucciones establecidas más adelante en el AT. Si la esencia del carácter de Dios es amor, entonces, el motivo de la creación y la creación en sí misma son resultados y manifestación del amor divino. Por amor Dios creó el universo y todos los seres vivientes; no por necesidad, ni obligación, ni por necesidad de adoración, sino como una muestra de su amor incondicional e infinito, una muestra de quién es Dios y un reflejo de su carácter. Por lo tanto, la creación refleja la armonía y perfección del amor de Dios. El amor de Dios es fiel y eterno, aún cuando parte de su creación decida alejarse de Dios, como en el caso de la caída. Dios, en su amor, no destruye la humanidad ni su creación, sino que provee un plan para redimirlos y restablecer la armonía y perfección original.

Precisamente, parte de este plan es el llamado del pueblo de Dios, el cual forja su identidad de acuerdo al carácter de Dios. Por lo tanto, este pueblo está llamado a demostrar el amor de Dios en su vida diaria, en la forma de atender a las personas vulnerables y en la manera de tener cuidado del medio ambiente. Las leyes e instrucciones dadas en el AT tienen la función de forjar la identidad de pueblo de Dios de manera que cada creyente refleje el carácter del Dios quién le llamó, el cual en su esencia es amor. Entonces, porque Dios es amor, el pueblo de Dios es llamado a ejercer este amor.

Pero la palabra «amor» en nuestro vocabulario se ha convertido en algo trivial; se ha convertido en un amor interesado e egoísta. Por ejemplo, el verbo amar es usualmente relacionado con y utilizado para expresar los sentimientos, las emociones y el afectoque la parejas sienten el uno por el otro. Empero, en muchas ocasiones la declaración «te amo» deja de tener valor al momento que uno de los integrantes de la pareja comete un error grave o incurre en una infidelidad. El amor prometido deja de existir, ya que las emociones y sentimientos son volubles y cada cual reacciona de una manera negativa frente a la infidelidad del otro.

Por otra parte, el amor expresado en estos términos tiene una tendencia egocéntrica. Es decir, estamos dispuestos a amar, siempre y cuando este amor sea correspondido. Esto nos lleva a considerar al aspecto egoísta de este amor trivial, pues la manera de saber si nuestro amor es correspondido tiene que ver con elementos tales como los siguientes: si la otra persona se ajusta a mis deseos, si la otra persona satisface mis necesidades o si la otra persona siempre busca mi bienestar. Esto no está del todo mal, pero muchos veces este tipo de actitud no es reciproca. Esto es aún peor cuando ambas personas aman de manera egoísta y sin ningún deseo de cambiar su estilo de vida para complacer a la pareja.

Este no es el tipo de amor que encontramos en la forma que Dios se relaciona con su creación. Dios, sin ningún interés personal y sin esperar nada a cambio, creó al universo y los seres vivientes. Dios, en su infinito amor, creó la humanidad para tener una relación personal y comunitaria con ella, y le concedió libre albedrío para aceptar o rechazar esta muestra de amor. Y aún después del rechazo humano, Dios buscó la manera de alcanzar y redimir toda su creación, motivado por su amor incondicional.

El amor de Dios no es como el amor que se profesa entre parejas, el amor de Dios es incondicional y es la motivación principal del carácter de Dios. Cuando Dios llama a su pueblo y le pide que refleje su carácter divino, obviamente requiere que ellos amen de la manera que Dios ama. Por lo tanto, las leyes y las instrucciones que Dios da tienen el propósito de forjar la identidad de su pueblo, para que aprenda a amar de la manera como Dios ama. De esta manera, el cuidar de la creación y el atender, cuidar y proteger a la gente vulnerable de la comunidad son acciones que demuestran el carácter y el amor incondicional de Dios. La motivación para ayudarles y proveer para su bienestar no es primordialmente que estas personas tienen necesidad. Tampoco se les ayuda para cumplir con un reglamento más, ni mucho menos para sentirnos mejores o más valiosos que ellos. La motivación de estas acciones encaminadas a ayudar a los pobres, a los forasteros, a las viudas y a los huérfanos es demostrar el carácter y el amor de Dios. Por lo tanto, la responsabilidad del pueblo de Dios de ayudar a otros no es antropocéntrica, ni tampoco busca la satisfacción personal; más bien, es una responsabilidad con Dios. Es decir, el Dios Creador, el Dios quien llamó a su pueblo, desea que todos los que le siguen reflejen su amor, la esencia de su carácter; desea que su pueblo sea un reflejo efectivo y que demuestre de una manera tangible el amor de Dios. Esta perspectiva es esencial y fundamental para entender la motivación, la responsabilidad y la labor del pueblo de Dios en relación con la comunidad que les rodea y el medio ambiente en el cual habitan.

Antes de pasar al Nuevo Testamento y ver el amor infinito de Dios en acción en la vida y ministerio de Jesucristo, deseo compartir un pasaje más del Antiguo Testamento como un resumen de lo anterior y como una evidencia más de la responsabilidad social que Dios nos ha dado como parte de su llamado a formar parte del pueblo de Dios. El pasaje al que me refiero es Isaías 58. En este pasaje, el profeta cuestiona los motivos, los rituales y la práctica del ayuno. Es evidente que Dios se muestra indignado, ya que su pueblo ha perdido el verdadero significado del ayuno. A pesar de que el pueblo de Dios practicaba el ayuno de una manera rutinaria y seguía cuidadosamente los rituales y costumbres propias del ayuno, sus sacrificios no complacen a Dios. ¿Por qué? Porque el pueblo de Dios ha usado el ayuno de una manera egoísta; simplemente como un ritual obligatorio que forma parte de sus tradiciones. Por lo tanto, Dios denuncia esta práctica y muestra su indignación porque el pueblo ha olvidado el propósito original del ayuno, dado que esta práctica fue diseñada para dar reverencia a Dios y como una práctica que demuestra el amor y el carácter de Dios. Sin embargo, el pueblo de Dios ha hecho del ayuno un ritual personal sin ninguna responsabilidad social; es decir, se han olvidado de buscar el bienestar de aquellos que tienen necesidad y que son vulnerables entre ellos. La indignación de Dios está directamente relacionada con los actos de negligencia social, como lo declara el profeta de la siguiente manera, en los versículos 3 al 7 del capítulo 58 (el énfasis es mío):

¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores . He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto. ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová? ¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? (RVR, 1960)


(Continues...)

Excerpted from Acción Social by Hugo Magallanes. Copyright © 2012 Abingdon Press. Excerpted by permission of Abingdon Press.
All rights reserved. No part of this excerpt may be reproduced or reprinted without permission in writing from the publisher.
Excerpts are provided by Dial-A-Book Inc. solely for the personal use of visitors to this web site.

Table of Contents

Contents

Dedicatoria,
Agradecimientos,
Introducción,
Capítulo I: Bases bíblicas y teológicas: El amor infinito de Dios en acción,
Capítulo II: ¿Quién es mi prójimo?: Actividades para identificar las necesidades de nuestra comunidad,
Capítulo III: Movidos a compasión y misericordia: Un plan de acción para el bienestar social a corto plazo,
Capítulo IV: Enfrentando barreras: Estrategias a largo plazo,
Capítulo V: Aprendiendo de los demás: Un ejemplo histórico,
Notas bibliográficas,

From the B&N Reads Blog

Customer Reviews