Cómo entender el futuro: Una de las siete partes de la teología sistemática de Grudem

Cómo entender el futuro: Una de las siete partes de la teología sistemática de Grudem

by Wayne A. Grudem
Cómo entender el futuro: Una de las siete partes de la teología sistemática de Grudem

Cómo entender el futuro: Una de las siete partes de la teología sistemática de Grudem

by Wayne A. Grudem

Paperback(Translatio)

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Overview

Con una escritura clara, un enfoque contemporáneo y enfatizando cómo el cristiano de hoy debe entender y aplicar cada doctrina, «Futuro» explora el cumplimiento de la Escritura: la Segunda Venida de Cristo. Sus temas incluyen los conceptos principales sobre el Milenio: el amilenarismo, según el cual el Reino de Cristo ya está aquí; el postmilenarismo, según el cual Cristo volverá después del Milenio, y el premilenarismo, según el cual Cristo volverá antes del Milenio. Cualquiera que sea el punto de vista del lector, el resultado final de todo está claro: Cristo volverá de manera física, visible, personal y repentina. Escrito en un tono amistoso, «Futuro» apela tanto a las emociones y al espíritu como al intelecto, ayuda a superar ideas erróneas, a tomar mejores decisiones y a crecer espiritualmente.


Product Details

ISBN-13: 9780829760545
Publisher: Vida
Publication date: 12/08/2012
Series: Cómo Entender
Edition description: Translatio
Pages: 112
Product dimensions: 7.38(w) x 9.13(h) x 0.38(d)
Language: Spanish
Age Range: 18 Years

About the Author

Wayne Grudem es profesor investigador de Teología y Estudios Bíblicos en el Seminario Phoenix en Phoenix, Arizona. Tiene títulos de Harvard (AB), Westminster Theological Seminary (MDiv, DD) y Cambridge (PhD). Es autor de más de una docena de libros, incluido el best seller Teología sistemática.

Read an Excerpt

Making Sense of the Future

Cómo Entender
By Wayne Grudem

Zondervan

Copyright © 2012 Wayne Grudem
All right reserved.

ISBN: 978-0-8297-6054-5


Chapter One

INTRODUCCIÓN A LA TEOLOGÍA SISTEMÁTICA

¿Qué es teología sistemática?

¿Por qué los creyentes deben estudiarla?

¿Cómo debemos estudiarla?

EXPLICACIÓN Y BASE BÍBLICA

A. Definición de teología sistemática

¿Qué es teología sistemática? Se han dado muchas definiciones diferentes, pero para los propósitos de este libro se usará la siguiente definición: Teología sistemática es cualquier estudio que responde a la pregunta «¿Qué nos enseña toda la Biblia hoy?» respecto a algún tema dado.

Esta definición indica que la teología sistemática incluye la recolección y comprensión de todos los pasajes relevantes de la Biblia sobre varios temas y luego un resumen claro de sus enseñanzas de modo que sepamos qué creer en cuanto a cada tema.

1. Relación con otras disciplinas. El énfasis de este libro no estará, por consiguiente, en la teología histórica (el estudio histórico de cómo los cristianos en diferentes períodos han entendido los varios temas teológicos) ni en la teología filosófica (el estudio de temas teológicos principalmente sin el uso de la Biblia, sino usando las herramientas y métodos del razonamiento filosófico y lo que se puede saber en cuanto a Dios al observar el universo) ni apologética (la provisión de una defensa de la veracidad de la fe cristiana con el propósito de convencer a los que no creen). Estos tres asuntos, aunque son temas dignos de que los creyentes los estudien, a veces se incluyen en una definición más amplia del término teología sistemática. De hecho, algo de consideración de asuntos históricos, filosóficos y apologéticos se halla en algunos puntos en todo este libro. Esto se debe a que el estudio histórico nos informa de los conceptos adquiridos y las equivocaciones previamente cometidas por otros al entender la Biblia; el estudio filosófico nos ayuda a entender el bien y el mal mediante formas comunes en nuestra cultura y otras; y el estudio de la apologética nos ayuda a llegar al punto en que las enseñanzas de la Biblia afectan las objeciones que levantan los que no creen. Pero esos aspectos de estudio no son el enfoque de esta obra, que más bien interactúa directamente con el texto bíblico a fin de entender lo que la Biblia misma nos dice respecto a varios temas teológicos.

Si alguien prefiere usar el término teología sistemática en el sentido más amplio que acabo de mencionar en lugar del sentido estrecho que se ha definido arriba, no habrá mucha diferencia. Los que usan una definición más estrecha concordarán en que estos otros aspectos de estudio definitivamente contribuyen de una manera positiva a nuestra comprensión de la teología sistemática, y los que usan una definición más amplia por cierto concordarán en que la teología histórica, la teología filosófica y la apologética se pueden distinguir del proceso de recoger y sintetizar todos los pasajes relevantes de la Biblia sobre varios temas. Además, aunque los estudios históricos y filosóficos en efecto contribuyen a nuestra comprensión de las cuestiones teológicas, solo la Biblia tiene la autoridad final para definir qué debemos creer, y es, por consiguiente, apropiado dedicar algún tiempo a enfocar el proceso de analizar la enseñanza de la Biblia misma.

La teología sistemática, según la hemos definido, también difiere de la teología del Antiguo Testamento, la teología del Nuevo Testamento y la teología bíblica. Estas tres disciplinas organizan sus temas históricamente y en el orden en que los temas están presentados en la Biblia. Por consiguiente, en la teología del Antiguo Testamento uno pudiera preguntar: «¿Qué enseña Deuteronomio sobre la oración?» o «¿Qué enseña Salmos en cuanto a la oración?» o «¿Qué enseña Isaías en cuanto a la oración?» o incluso, «¿Qué enseña todo el Antiguo Testamento en cuanto a la oración, y cómo se desarrolla esa enseñanza en la historia del Antiguo Testamento?». En la teología del Nuevo Testamento uno pudiera preguntar: «¿Qué enseña el Evangelio de Juan sobre la oración?» o «¿Qué enseña Pablo en cuanto a la oración?» o incluso «¿Qué enseña el Nuevo Testamento en cuanto a la oración y cuál es el desarrollo histórico de esa enseñanza conforme progresa a través del Nuevo Testamento?».

«Teología bíblica» tiene un significado técnico en los estudios teológicos. Es la categoría más amplia que contiene la teología del Antiguo Testamento y la teología del Nuevo Testamento, según las hemos definido arriba. La teología bíblica da atención especial a las enseñanzas de autores individuales y secciones de la Biblia, y el lugar de cada enseñanza en el desarrollo histórico de la Biblia. Así que uno pudiera preguntar: «¿Cuál es el desarrollo histórico de la enseñanza en cuanto a la oración según se ve a través de la historia del Antiguo Testamento y después del Nuevo Testamento?». Por supuesto, esa pregunta es muy parecida a esta: «¿Qué nos enseña la Biblia hoy en cuanto a la oración?» (Lo que sería teología sistemática según nuestra definición). Se hace entonces evidente que las líneas limítrofes entre estas varias disciplinas a menudo se superponen en los bordes, y partes de un estudio se combinan con el siguiente. Sin embargo, hay con todo una diferencia, porque la teología bíblica rastrea el desarrollo histórico de una doctrina y la manera en que el lugar de uno en algún punto en ese desarrollo histórico afecta la comprensión y aplicación de uno en cuanto a esa doctrina en particular. La teología bíblica también enfoca la comprensión de cada doctrina que los autores bíblicos y sus oyentes o lectores originales tenían.

La teología sistemática, por otro lado, hace uso del material de la teología bíblica y a menudo edifica sobre los resultados de la teología bíblica. En algunos puntos, especialmente en donde se necesita gran cuidado y detalles en el desarrollo de una doctrina, la teología sistemática usará incluso un método teológico bíblico, analizando el desarrollo de cada doctrina mediante el desarrollo histórico de la Biblia. Pero el enfoque de la teología sistemática sigue siendo diferente: su enfoque es la recolección y luego un sumario de la enseñanza de todos los pasajes bíblicos sobre un tema en particular. La teología sistemática pregunta, por ejemplo: «¿Qué nos enseña hoy la Biblia entera en cuanto a la oración?». Procura resumir las enseñanzas de la Biblia en una declaración breve, comprensible y cuidadosamente formulada.

2. Aplicación a la vida. Además, la teología sistemática se concentra en hacer un resumen de cada doctrina como deberían entenderla los creyentes del día presente. Esto a veces incluirá el uso de términos e incluso conceptos que en sí mismos no fueron usados por ningún autor bíblico individual, pero que son el resultado apropiado de combinar las enseñanzas de dos o más autores bíblicos sobre un tema en particular. Los términos Trinidad, encarnación y deidad de Cristo por ejemplo, no se hallan en la Biblia, pero constituyen un resumen útil de conceptos bíblicos.

Definir la teología sistemática para incluir «lo que toda la Biblia nos enseña hoy» implica que la aplicación a la vida es una parte necesaria del correcto empeño de la teología sistemática. Por tanto, una doctrina bajo consideración se ve en términos de su valor práctico para vivir la vida cristiana. En ninguna parte de la Biblia hallamos doctrinas que se estudian por estudiarlas o aisladas de la vida. Los escritores bíblicos siempre aplicaban a la vida sus enseñanzas. Por consiguiente, cualquier cristiano que lea este libro debe hallar su vida cristiana enriquecida y profundizada durante este estudio; ciertamente, si el crecimiento espiritual personal no ocurre, el autor no ha escrito apropiadamente este libro, o el lector no lo ha estudiado correctamente.

3. Teología sistemática y teología desorganizada. Si usamos esta definición de teología sistemática, se verá que la mayoría de los creyentes en realidad hacen teología sistemática (o por lo menos declaraciones teológicas sistemáticas) muchas veces por semana. Por ejemplo: «La Biblia dice que todo el que cree en Cristo será salvo». «La Biblia dice que Jesucristo es el único camino a Dios». «La Biblia dice que Jesús viene otra vez». Todos estos son resúmenes de lo que la Biblia dice y, como tales, son afirmaciones teológicas sistemáticas. Es más, cada vez que el creyente dice algo en cuanto a lo que dice toda la Biblia, en un sentido está haciendo «teología sistemática, conforme a nuestra definición, al pensar en varios temas y responder a la pregunta: «¿Qué nos enseña toda la Biblia hoy?».

¿Cómo difiere entonces este libro de la «teología sistemática» que la mayoría de los cristianos hacen? Primero, trata los temas bíblicos de una manera cuidadosamente organizada para garantizar que todos los temas importantes reciben consideración cabal. Tal organización también provee cierta verificación contra un análisis inexacto de temas individuales, porque quiere decir que todas las otras doctrinas que se tratan pueden ser comparadas con cada tema por uniformidad en metodología y ausencia de contradicciones en las relaciones entre las doctrinas. Esto también ayuda a asegurar una consideración balanceada de doctrinas complementarias: la deidad de Cristo y su humanidad se estudian juntas, por ejemplo, así como también la soberanía de Dios y la responsabilidad del hombre, de modo que no se deriven conclusiones erradas de un énfasis desequilibrado en solo un aspecto de la presentación bíblica completa.

De hecho, el adjetivo sistemática en teología sistemática se debe entender como «organizada cuidadosamente por temas», en el sentido de que se verá que los temas estudiados encajan siempre, e incluyen todos los principales temas doctrinales de la Biblia. Así que «sistemática» se debe tener como lo opuesto de «arreglada al azar» o «desorganizada». En la teología sistemática los temas se tratan de una manera ordenada o «sistemática».

Una segunda diferencia entre este libro y la manera en que la mayoría de los cristianos hacen teología sistemática es que trata los temas con mucho mayor detalle que lo que lo hacen la mayoría de los creyentes. Por ejemplo, el creyente promedio como resultado de la lectura regular de la Biblia puede hacer la siguiente afirmación teológica: «La Biblia dice que todo el que cree en Jesucristo será salvo». Ese es un sumario perfectamente cierto de una doctrina bíblica principal. Sin embargo, se pudiera dedicar varias páginas para elaborar más precisamente lo que quiere decir «creer en Jesucristo», y se pudiera dedicar varios capítulos a explicar lo que quiere decir «ser salvo» en todas las muchas implicaciones de esa expresión.

Tercero, un estudio formal de la teología sistemática hará posible formular sumarios de las enseñanzas bíblicas con mucha mayor exactitud que la que podrían alcanzar normalmente los creyentes sin tal estudio. En la teología sistemática, los sumarios de enseñanzas bíblicas se deben redactar precisamente para evitar malos entendidos y excluir enseñanzas falsas.

Chapter Two

EL REGRESO DE CRISTO: ¿CUÁNDO Y CÓMO?

¿Cuándo y cómo regresará Cristo?

¿Podría venir en cualquier momento?

EXPLICACIÓN Y BASES BÍBLICAS

El estudio de eventos futuros se llama a menudo «escatología», del griego escatos, que significa «último». Entonces, la escatología es el estudio de las «últimas cosas».

Los incrédulos pueden hacer predicciones razonables sobre eventos futuros basadas en patrones de los acontecimientos pasados, pero está claro que de acuerdo con la naturaleza de la experiencia humana los seres humanos por sí mismos no pueden conocer el futuro. Por lo tanto, los incrédulos no pueden poseer un conocimiento seguro de ningún evento futuro. Pero los cristianos que creen en la Biblia están en una situación diferente. Aunque no podemos conocer todo sobre el futuro, Dios conoce todas las cosas sobre el futuro y en la Escritura nos ha comunicado los acontecimientos principales por venir en la historia del universo. Podemos tener absoluta confianza que estos eventos ocurran, pues Dios nunca se equivoca y nunca miente.

Al estudio de los eventos futuros que ocurrirán a los individuos se le llama a veces «escatología personal». Pero la Biblia también habla acerca de ciertos eventos mayores que afectarán al universo entero. Específicamente, ella nos habla de la segunda venida de Cristo, el milenio, el juicio final, el castigo eterno para los incrédulos y la recompensa eterna para los creyentes, y la vida con Dios en el nuevo cielo y la nueva tierra. Al estudio de estos eventos se le llama a veces «escatología general». En este capítulo estudiaremos el tema del regreso de Cristo, o su «Segunda Venida». Los capítulos subsecuentes tratarán el resto de los tópicos en un estudio de las últimas cosas.

Ha habido muchos debates —a veces acalorados— en la historia de la iglesia sobre cuestiones relacionadas con el futuro. En este capítulo comenzaremos con aspectos de la Como entender el futuro.indd 34Como entender el futuro.indd 34 9/21/12 1:57 PM9/21/12 1:57 PM Segunda Venida de Cristo con los cuales todos los evangélicos están de acuerdo, y entonces al final se vuelve a una cuestión controversial: si Cristo puede retornar en cualquier momento. Entonces, en el siguiente capítulo discutiremos la cuestión del milenio, un tópico que ha sido una fuente de controversia entre cristianos.

A. Habrá un súbito, personal, visible y corporal regreso de Cristo

Jesús habló a menudo de su regreso. «Por eso también deben estar preparados, porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen» (Mt 14:44). Dijo: «Vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán, donde yo esté. Ustedes ya conocen el camino para ir adonde yo voy» (Jn 14:3). Inmediatamente después que Jesús ascendió al cielo, dos ángeles le dijeron a los discípulos: «Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre ustedes al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse» (Hch 1:11). Pablo enseñó: «El Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios» (1 Ts 4:16). El autor de Hebreos escribió que Cristo «aparecerá por segunda vez, ya no para cargar con pecado alguno, sino para traer salvación a quienes lo esperan» (Heb 9:28). Santiago escribió: «la venida del Señor, que ya se acerca» (Stg 5:8). Pedro dijo: «Pero el día del Señor vendrá como un ladrón» (2 P 3:10). Juan escribió: «cuando Cristo venga seremos semejantes a él» (1 Jn 3:2). Y el libro de Apocalipsis hace frecuentes referencias al regreso de Cristo, y termina con la promesa» «Sí, vengo pronto», y Juan responde: «Amén. ¡Ven, Señor Jesús!» (Ap 22:20).

Este tema, entonces, se menciona frecuentemente a lo largo del Nuevo Testamento. Esta es la esperanza de la iglesia del Nuevo Testamento. Estos versículos predicen un súbito regreso de Cristo que será dramático y visible («¡Miren que viene en las nubes! Y todos lo verán con sus propios ojos», Ap 1:7). Los pasajes son demasiados explícitos como para permitir la idea (una vez popular en los círculos protestantes liberales) de que el propio Jesús no vendrá, sino que simplemente vendrá el espíritu de Cristo, en el sentido de que la aceptación de sus enseñanzas y la imitación de su estilo amoroso de vida regresarían de forma creciente a la tierra. No son sus enseñanzas o su manera de vivir, sino «el propio Señor» quien descenderá del cielo (1 Ts 4:16). Es el mismo Jesús «que ha sido llevado de entre ustedes al cielo» el que «vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse» (Hch 1:11). Su aparición no será una venida meramente espiritual para morar en los corazones de las personas, sino un regreso personal y corporal «de la misma manera que lo han visto irse».

B. Debemos esperar ansiosos el regreso de Cristo

La respuesta de Juan al final de Apocalipsis debecaracterizar los corazones de los cristianos de todas las épocas: «Amén, ¡Ven, Señor Jesús!» (Ap 22:20). El verdadero cristianismo nos prepara para «vivir en este mundo con justicia, piedad y dominio propio, mientras aguardamos la bendita esperanza, es decir, la gloriosa venida de nuestro Dios y Salvador Jesucristo» (Tit 2:12-13). Pablo dice: «nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo» (Fil 3:20). El término «Marana ta», en 1 Corintios 16:22 significa también «¡Nuestro Señor, viene!» (2 Co 16:22 RVR).

¿Esperan ansiosos los cristianos el regreso del Señor? Mientras más los cristianos queden atrapados en el disfrute de las cosas de esta vida, y mientras más descuiden el genuino compañerismo cristiano y su relación personal con Cristo, menos anhelarán su regreso. Por otro lado, muchos cristianos que experimentan sufrimientos y persecución, o que están enfermos y tienen más años, y aquellos cuyo andar diario con Cristo es profundo y vital, sentirán un mayor anhelo por su regreso. Entonces, en cierta medida, el grado en que realmente anhelemos el regreso de Cristo es una medida de la condición espiritual de nuestras vidas en ese momento. También da alguna medida del grado en que vemos el mundo tal cual es realmente, como Dios lo ve, siervo del pecado y en rebelión contra Dios, y bajo el poder del maligno (1 Jn 5:19).

¿Significa esto que no debemos emprender proyectos a largo plazo? Si un científico que es cristiano ansiosamente espera el regreso de Cristo, ¿debe iniciar un proyecto de diez años? ¿O debe un cristiano comenzar un curso de tres años en un seminario de teología o una universidad bíblica? ¿Qué si Cristo fuera a regresar el día antes de la graduación en esa institución, antes que hubiera la más mínima oportunidad de dedicar un monto significativo de tiempo al ministerio real?

Ciertamente debemos emprender actividades a largo plazo. Es precisamente por esta razón que Jesús no nos permite conocer el verdadero momento de su regreso (ver más adelante): quiere que estemos ocupados en obedecerle, no importa cuál sea nuestro camino en la vida, hasta el mismo momento de su regreso. Estar «listos» para el regreso de Cristo (Mt 24:44) es estar obedeciéndolo fielmente en el presente, activamente involucrados en cualquier actividad a la que nos haya llamado. De acuerdo con la naturaleza de la situación, como no sabemos cuándo regresará, sin duda ese día habrá algunos misioneros que en ese momento partan para su campo de misión, que nunca llegarán a su destino. Habrá algunos en el último año de su educación teológica que nunca utilizarán su entrenamiento para pastorear una iglesia. Habrá algunos investigadores ofreciendo su disertación doctoral ese día, los frutos de años de investigación que nunca se publicarán y nunca ejercerán influencia en el mundo. Pero a todas esas personas que son cristianas, Jesús siempre les dirá: «¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! Has sido fiel en lo poco; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu Señor!» (Mt 25:21).

C. No sabemos cuándo Cristo volverá

Varios pasajes indican que no sabemos, ni podemos saber, el momento del regreso de Cristo. «Por eso también ustedes deben estar preparados, porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen» (Mt 24:44). «Manténgase despiertos porque no saben ni el día ni la hora» (Mt 25:13). Por otra parte, Jesús dijo: «Pero en cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre. ¡Estén alerta! ¡Vigilen! Porque ustedes no saben cuándo llegará ese momento» (Mr 13:32-33).

Decir que no podemos saber el día o la hora, pero que podemos conocer el mes o el año es evadir la fuerza de esos pasajes. Permanece el hecho que Jesús vendrá «cuando menos lo esperen» (Mt 24:44), y «a la hora que no penséis» (Lc 12:40 RVR). En estos versículos la palabra «hora» se entiende mejor en un sentido más general, como referencia a un momento cuando algo tendrá lugar, no necesariamente a un período de tiempo de sesenta minutos. El objetivo de estos pasajes es que sepamos, como Jesús nos dice, que no podemos saber cuándo él regresará. Como vendrá en un momento inesperado, debemos estar listos en todo momento para su regreso.

El resultado práctico de esto es que todo el que alega conocer específicamente cuándo regresa Jesús debe ser considerado equivocado. Los Testigos de Jehová han hecho muchas predicciones de fechas específicas para el regreso de Cristo, y todas ellas han resultado estar equivocadas. Pero otros en la historia de la iglesia han hecho también esas predicciones, a veces afirmando tener un nuevo entendimiento de las profecías bíblicas, y en ocasiones haber recibido revelaciones personales del propio Jesús que indican el momento de su regreso. Y es desafortunado que muchos hayan sido engañados por estas afirmaciones, debido a que si las personas están convencidas que Cristo regresará (por ejemplo) en un mes, comenzarán a retirarse de todos los compromisos de largo plazo. Sacarán a sus hijos de la escuela, venderán sus casas, renunciarán a sus empleos y dejarán de trabajar en cualquier proyecto de largo plazo, sea en la iglesia o en algún otro lugar. Puede que inicialmente sientan un creciente celo por la evangelización y la oración, pero la naturaleza irracional de su conducta contrarrestará cualquier impacto evangelístico que puedan ejercer. Por otro lado, simplemente estarán desobedeciendo la enseñanza de la Escritura de que la fecha del regreso de Cristo no puede conocerse, lo que significa que hasta sus oraciones y compañerismo con Dios se dañarán también. Todo el que afirme conocer la fecha en que Cristo regresará —no importa la fuente— se debe rechazar como alguien equivocado.

D. Todos los evangélicos concuerdan en los resultados últimos del regreso de Cristo

No importa cuáles sean sus diferencias sobre los detalles, todos los cristianos que aceptan la Biblia como su autoridad máxima concuerdan en que el resultado final y último del regreso de Cristo será el juicio de los incrédulos y la recompensa final de los creyentes, y que estos vivirán con Cristo en un nuevo cielo y una nueva tierra por toda la eternidad.

Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo reinará y será adorado en un reino eterno donde no habrá más pecado, pena ni sufrimiento. Discutiremos estos detalles más ampliamente en los siguientes capítulos.

E. Hay desacuerdo sobre los detalles de los eventos futuros

A pesar de todo, los cristianos difieren sobre los detalles específicos que conducen y siguen inmediatamente al regreso de Cristo. Ellos difieren específicamente en la naturaleza del milenio y la relación del regreso de Cristo con el milenio, la secuencia del regreso de Cristo y el período de la gran tribulación que vendrá sobre la tierra, así como en la cuestión de la salvación del pueblo judío (y de la relación entre los judíos salvos y la iglesia).

Antes que examinemos algunas de estas cuestiones con más detalle, es importante subrayar la posición genuinamente evangélica de quienes sostienen diferentes posiciones al respecto. Todos los evangélicos que sostienen estas distintas posiciones concuerdan en que la Escritura está libre de errores, y tienen el compromiso de creer todo lo que la Escritura enseña. Sus diferencias tienen que ver con la interpretación de varios pasajes relacionados con estos acontecimientos, pero sus diferencias sobre estos temas deben ser vistas como cuestiones de importancia secundaria, no como diferencias sobre cuestiones doctrinarias fundamentales.

A pesar de todo, vale la pena que dediquemos tiempo al estudio de estas cuestiones con más detalle, porque podemos obtener una mejor comprensión de la naturaleza de estos eventos que Dios ha planeado y nos ha prometido, y porque todavía hay esperanza de que se produzca una mayor unidad en la iglesia cuando acordemos examinar estos temas de nuevo con más detalle y nos empeñemos en discutirlos como se debe.

F. ¿Podría Cristo volver en cualquier momento?

Una de las áreas de desacuerdo importante trata de la cuestión de si Cristo podría regresar en cualquier momento. Por un lado, hay muchos pasajes que nos instan a estar listos porque Cristo regresará cuando menos lo esperemos. Por otro lado, hay varios pasajes que hablan de ciertos eventos que ocurrirán antes del regreso de Cristo. Ha habido diferentes maneras de resolver la aparente tensión entre estos dos conjuntos de pasajes, con algunos cristianos que concluyen que Cristo podría regresar en cualquier momento, y otros que concluyen que no podría regresar por lo menos en una generación, porque tomaría ese tiempo el cumplimiento de algunos de los acontecimientos vaticinados que deben ocurrir antes de su regreso.

(Continues...)



Excerpted from Making Sense of the Future by Wayne Grudem Copyright © 2012 by Wayne Grudem. Excerpted by permission of Zondervan. All rights reserved. No part of this excerpt may be reproduced or reprinted without permission in writing from the publisher.
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