Durante los estallidos sociales que comenzaron en La Habana el 11 de julio del 2021, se puso de relieve cómo el aparato castrista promueve el odio entre cubanos a través de los mecanismos mediáticos y desinformativos que motivó la histeria colectiva, incitando a una parte de la población a la agresión física, la humillación y el asesinato de la otra parte que protestaba pacíficamente.
La manipulación de los delirios de vigilancia y de sospechas colectivas fueron creando el escenario siniestro en la sociedad cubana actual, en la que nunca llegas a saber cuándo esa sensación de que estás siendo observado se debe a un delirio de persecución o se trata de una vigilancia real.
La presente obra es un ensayo sobre una sociedad cubana distópica, habitada por rehenes comprometidos con el Estado cubano, que son reprimidos y discriminados por sus diferencias ideológicas y de creencias.
Se analizan los daños antropológicos causados a una buena parte de la población que, al tener que vivir expresando, en su mayoría, una conducta que no sienten, y sosteniendo, al mismo tiempo, dos pensamientos que se contradicen, crean una disonancia emocional que angustia existencialmente, algo que para el neurólogo Freud, consideraba como una guerra civil interna.