La niñez debería ser tiempo de juego, de amigos, de risas, de buena nutrición, de crecer al lado de ambos padres, es decir, que la única preocupación, fuese que tan feliz voy a ser hoy. Ello no fue así para aquella generación de niños nacidos a finales de los cincuenta y principios de los sesenta en la isla caribeña de Cuba.
Basados en la vida real de la autora, esta no puede considerarse una autobiografía, ya que muestra, la niñez, infancia y adolescencia típicas de los de esa generación de cambio de régimen.
Gracias a una envidiable memoria, con lujo de detalles, aquí ella narra en un lenguaje que hace sentir al lector que es esa niña quien está contando la historia, los momentos felices de la niñez que ella llama, los días de Luz y los de Obscuridad, empañados por los abusos de compañeros de escuela y maestros, o atropellos de las autoridades por el simple hecho de querer la reunificación de familia, con un padre que vio como única salida para el futuro, el abandonar el país. Al final el lector habrá encontrado lo que se define en el subtítulo: “Crónica de una niñez bajo el cambio de régimen”
