MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA nació en 1547, sin que se sepa la fecha exacta, aunque sí el lugar, que fue en Alcalá de Henares, y fue bautizado el nueve de octubre de aquel año en la iglesia parroquial de Santa María la Mayor. Publica su primera obra, La Galatea (Alcalá, 1585), a los 38 años de edad. Tras ello siguen veinte años de silencio hasta que, en 1605, publique su siguiente obra, la primera parte del Quijote, a sus sesenta años. No obstante, en sus últimos diez años de vida, sacará a la luz una auténtica avalancha de libros: Novelas ejemplares (1613), Viaje al Parnaso (1614), segunda parte del Quijote (1615) y Los trabajos de Persiles y Sigismunda (1617). Da la impresión de que, durante toda una vida, Cervantes hubiera estado rumiando todo aquello en silencio, aguardando su propia madurez y eclosión, que significó, igualmente, la eclosión definitiva del género. La biografía particularmente accidentada de la entidad narrativa singular que fue Cervantes debió imprimirle un sello genuino, algún tipo de alquimia combinando orgullo y desencanto. En 1570 se encuentra en Italia, enrolado en los tercios de Nápoles y camino de la gloria de Lepanto, que hará de él un héroe manco. De regreso a España, su galera es apresada por piratas berberiscos, los cuales le conducirán a Argel, donde tendrá que afrontar un cautiverio de cinco años, experiencia que marcará un antes y un después en la vida de Cervantes.
