"El vergonzoso en palacio" es un buen paradigma de todo un sistema dramático. El título, que procede de un refrán y apunta al protagonista y la moraleja por su contradicción, es el motivo recurrente.
Mireno es ese joven pastor que no lo es y que se avergüenza de su condición y siente estar llamado a mayores empresas, por lo que debe abandonar su aldea para lograr sus aspiraciones mediante la experiencia. Tiene valor y orgullo, y es un optimista que confía en sí mismo y en su destino. Pero no es ingenioso y su trayectoria personal será una superación social y sentimental propiciada por Madalena, esta sí personaje con ingenio. Mireno será el titular de la comedia, pero el protagonismo de la acción lo tiene Madalena. Y al ingenio también deberá Don Antonio su triunfo amoroso, aunque matizado, mediante la creación de un juego de identidades, en competencia con el que envuelve a Serafina, el personaje más dramático de la comedia. En definitiva, triunfo del amor para Madalena y Mireno, triunfo dramático para Don Antonio y Serafina, en una comedia en la que se suceden traiciones y deshonras, suplantaciones y engaños, injurias e insultos, pero cuya expectativa es su disolución y el final feliz, como manda el canon del género palatino, que suscribe la importancia de la dimensión lúdica de su teatro.