Aunque cuenta con una próspera industria turística, Ferrara no está en el itinerario típico del turista extranjero, lo que la hace perfecta para aquellos turistas que quieran salirse de los caminos trillados de Venecia-Florencia-Roma y empaparse de la auténtica cultura del norte de Italia.
Se caracteriza por sus sinuosas calles medievales adoquinadas, su Duomo (catedral) con una imponente fachada gótica y, lo mejor de todo, un castillo sacado de los libros de cuentos, con torres, foso y puentes levadizos (que se pueden cruzar durante el día).
Gracias a los astutos mecenas de la familia d'Este, Ferrara alberga numerosos objetos de arte de gran belleza, pero la auténtica obra maestra es la propia ciudad. Mitad medieval, mitad renacentista, el paisaje urbano dual fue la visión del oligarca Ercole d'Este, que contrató al arquitecto Biagio Rossetti para que fundiera a la perfección la parte más nueva con la antigua. Esta cuidadosa planificación le valió a Ferrara el título de primera "ciudad moderna" de Italia. Hoy en día, su cautivador ambiente anacrónico se explora mejor a pie o en bicicleta.
Ferrara: una de las ciudades italianas más bellas, fue antiguamente la capital de los Estensi. En los tiempos modernos se ha revitalizado de la degradante decadencia en la que cayó con su inclusión en los Estados Pontificios.
Esta es una guía de Ferrara.
Hay amplias descripciones y fotos de los lugares de interés. La historia del Castillo Estense se trata con detalle.
