Desde que comenz� la amplia difusi�n de las ideas colectivistas, comunistas, cooperativistas y anarquistas (comunistas e individualistas), se han encontrado partidarios de estas doctrinas o concepciones para poner en pr�ctica sus teor�as. Diferentes m�viles les impulsaban: Tan pronto se trataba de demostrar la practicabilidad de las tesis que sus adversarios pretend�an irrealizables, como se propon�a anticipar el advenimiento de la �Sociedad futura� o del �Reino de los Cielos�, cuya venida tarda tan largo tiempo a juicio de la impaciencia sincera. Ciertos cristianos, socialistas o anarquistas, intentaban simplemente vivir al margen o apartados de una sociedad, en la que no pod�an soportar m�s la estructura antifraternal, la opresi�n capitalista o las bases autoritarias, seg�n el caso.
Los medios libres, Colonias o Comunidades, han motivado abundantes discusiones en los peri�dicos y en los grupos socialistas o anarquistas. Sus adversarios -casi siempre doctrinarios ortodoxos�les han reprochado el no durar indefinidamente (?), sufrir contrariedades que �perjudican a la propaganda� y crear peque�as aglomeraciones de indiferentes a todo lo que no sea el reducido centro en que se desarrolla su vida.
Desde el punto de vista individualista del anarquismo, parece dif�cil mostrarse hostil a seres humanos que, contando solamente con su vitalidad individual, intentan realizar todas o parte de sus aspiraciones. Hasta no creyendo en el valor demostrativo de los �ensayos de vida en com�n�, los anarquistas individualistas hacen tal propaganda en favor de las �asociaciones voluntarias�, que encontrar�an muchas dificultades para renegar de los lugares en que su tesis se practica con menos restricciones que en cualquier otro sitio.