Este historia trata sobre un rey y sus 7 ministros, quienes se burlaban de Hop-Frog, su bufón ya que este tenía las piernas chuecas y tenía dificultades para caminar. Un día el rey decidió organizar una fiesta de máscaras y le pidió ayuda a Hop-Frog para que lo ayudara con la vestimenta de la fiesta. Para vengarse de todas maldades que le hicieron este, decidió vestirlos de orangutanes, para que quedaran en ridículo. Llegó el día esperado y siendo ya la media noche los ocho orangutanes entraron a la sala rebotando y con la cadena que los sujetaba Hop-Frog los alzó hasta el techo. Simulando que no los conocía quizo hacerles su última bufonada, este simuló que no los conocía y comenzó a estudiarlos, se acercó y con una antorcha los quemó. Hop-Frog trepó hasta escapar con Trippetta, la bailarina, y nunca más se volvió a saber de ellos.