La esencia del cristianismo
De Ludwig Feuerbach (1804-1872) pudo escribir Søren Kierkegaard: «Es falso cuando la cristiandad actual dice que Feuerbach ataca al cristianismo. ¡No es verdad! Ataca a los cristianos, mostrando que su vida no se corresponde con la doctrina del cristianismo». El propio Feuerbach habla en el prólogo a La esencia del cristianismo de la finalidad «terapéutica» del libro. Más que la negación de la religión, lo que pretende es su purificación de repre-sentaciones en contradicción con el hombre y con las po-sibilidades del género humano en cuanto tal. «Quien no sabe decir de mí sino que soy ateo, no sabe nada de mí. La cuestión de la existencia o no existencia de Dios, la contraposición de teísmo y ateísmo pertenece al siglo XVIIy XVIII, pero no al XIX. Yo niego a Dios. Esto quiere decir en mi caso: yo niego la negación del hombre [...] La cuestión del ser o no ser de Dios es en mi caso únicamente la cuestión del ser o no ser del hombre». La lectura de La esencia del cristianismo es imprescindible para comprender la descendencia moderna de su autor. El influjo de esta obra, a cuya «fuerza liberadora» se re-firió F. Engels y cuya aportación, un claro precedente de la teoría de la «ideología», fue saludada con entusiasmo por K. Marx, se extendió también a pensadores como A. Schopenhauer o F. Nietzsche, y alcanzó a teólogos pos-teriores como K. Barth o R. Bultmann. En palabras de J. O. Osier, «estas distintas filiaciones hacen de Feuerbach un lugar central de nuestra buena o mala conciencia, esto es, de nuestra inconsciencia».
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La esencia del cristianismo
De Ludwig Feuerbach (1804-1872) pudo escribir Søren Kierkegaard: «Es falso cuando la cristiandad actual dice que Feuerbach ataca al cristianismo. ¡No es verdad! Ataca a los cristianos, mostrando que su vida no se corresponde con la doctrina del cristianismo». El propio Feuerbach habla en el prólogo a La esencia del cristianismo de la finalidad «terapéutica» del libro. Más que la negación de la religión, lo que pretende es su purificación de repre-sentaciones en contradicción con el hombre y con las po-sibilidades del género humano en cuanto tal. «Quien no sabe decir de mí sino que soy ateo, no sabe nada de mí. La cuestión de la existencia o no existencia de Dios, la contraposición de teísmo y ateísmo pertenece al siglo XVIIy XVIII, pero no al XIX. Yo niego a Dios. Esto quiere decir en mi caso: yo niego la negación del hombre [...] La cuestión del ser o no ser de Dios es en mi caso únicamente la cuestión del ser o no ser del hombre». La lectura de La esencia del cristianismo es imprescindible para comprender la descendencia moderna de su autor. El influjo de esta obra, a cuya «fuerza liberadora» se re-firió F. Engels y cuya aportación, un claro precedente de la teoría de la «ideología», fue saludada con entusiasmo por K. Marx, se extendió también a pensadores como A. Schopenhauer o F. Nietzsche, y alcanzó a teólogos pos-teriores como K. Barth o R. Bultmann. En palabras de J. O. Osier, «estas distintas filiaciones hacen de Feuerbach un lugar central de nuestra buena o mala conciencia, esto es, de nuestra inconsciencia».
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De Ludwig Feuerbach (1804-1872) pudo escribir Søren Kierkegaard: «Es falso cuando la cristiandad actual dice que Feuerbach ataca al cristianismo. ¡No es verdad! Ataca a los cristianos, mostrando que su vida no se corresponde con la doctrina del cristianismo». El propio Feuerbach habla en el prólogo a La esencia del cristianismo de la finalidad «terapéutica» del libro. Más que la negación de la religión, lo que pretende es su purificación de repre-sentaciones en contradicción con el hombre y con las po-sibilidades del género humano en cuanto tal. «Quien no sabe decir de mí sino que soy ateo, no sabe nada de mí. La cuestión de la existencia o no existencia de Dios, la contraposición de teísmo y ateísmo pertenece al siglo XVIIy XVIII, pero no al XIX. Yo niego a Dios. Esto quiere decir en mi caso: yo niego la negación del hombre [...] La cuestión del ser o no ser de Dios es en mi caso únicamente la cuestión del ser o no ser del hombre». La lectura de La esencia del cristianismo es imprescindible para comprender la descendencia moderna de su autor. El influjo de esta obra, a cuya «fuerza liberadora» se re-firió F. Engels y cuya aportación, un claro precedente de la teoría de la «ideología», fue saludada con entusiasmo por K. Marx, se extendió también a pensadores como A. Schopenhauer o F. Nietzsche, y alcanzó a teólogos pos-teriores como K. Barth o R. Bultmann. En palabras de J. O. Osier, «estas distintas filiaciones hacen de Feuerbach un lugar central de nuestra buena o mala conciencia, esto es, de nuestra inconsciencia».

Product Details

ISBN-13: 9788413641423
Publisher: Trotta
Publication date: 10/02/2023
Series: Clásicos de la Cultura
Sold by: Bookwire
Format: eBook
Pages: 400
File size: 1 MB
Language: Spanish

About the Author

Natural de Landshut (Baviera), donde nació en 1804, estudió teología en las universidades de Heidelberg y de Berlín, y filosofía en la de Erlangen, influido por Hegel. Tras obtener el doctorado en filosofía, pasó a ejecer como docente en esta última universidad, pero abandonó esta actividad a los dos años. En sus escritos confluyen el espíritu hegeliano y el misticismo alemán. Es autor de «Pensamientos sobre la muerte y la inmortalidad del alma» (1830), «Historia de la filosofía moderna, de Bacon a Spinoza» (1833), «La filosofía y el cristianismo» (1839), «Principios de la filosofía del porvenir» (1843), «La esencia de la religión» (1846) o «La esencia del cristianismo» (1841). Feuerbach tuvo una moderada actución política, enfrentándose al poder del Estado feudal prusiano y criticando tanto al cristianismo como al Estado. Murió en Rechenberg en 1872. De él pudo escribir Søren Kierkegaard: «Es falso cuando la cristiandad actual dice que Feuerbach ataca al crisitianismo. ¡No es verdad! Ataca a los cristianos, mostrando que su vida no se corresponde con la doctrina del cristianismo».
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