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«Hay verdades que nunca deberían salir a la luz».
Emily Hayes despierta aturdida junto a su hijo de cuatro años en el sofá de un amplio y confortable sótano.
Recuerda haberse desvelado en plena noche y luego sentir un pinchazo en el cuello; después, abrir los ojos
en aquella extraña vivienda.
Las ventanas están tapiadas.
La puerta de salida, al final de unas largas escaleras, cerrada a cal y canto.
Su hijo no para de llorar.
De pronto, un hombre entra a cara descubierta cargando con una bandeja sobre la que humean dos platos de
sopa. Se presenta como Eme, y promete no hacerles daño si cumplen con tres normas: no nombrar al padre
de Alan, no intentar escapar y no abrir la puerta pintada de rojo.
Todo apunta a que Eme es el Rompefamilias, un asesino en boca de todos por haber matado a dos hombres y
secuestrado a sus mujeres y a sus hijos únicos. Pero Eme le asegura a Emily que no es el mediático criminal,
sino un pobre diablo que se ha inspirado en sus crímenes para crearse una familia.
Shaun Everett, en el crepúsculo de su trayectoria como detective de homicidios del Departamento de Policía
de Nueva York, tratará de averiguar la identidad del Rompefamilias. No obstante, no será el único en seguirle
la pista: Richard Hayes, marido de Emily, ahondará sin escrúpulos en las vidas de quienes considere oportuno
con tal de recuperar a sus seres queridos.
ATRÉVETE A DESCUBRIR LA VERDAD.
