No Dejar Al Tiempo Irse En Silencio
Este libro ha buscado poder dar cuenta de la manera en que el tiempo mi pequeo tiempo, nuestro gran tiempo se ha manifestado en m. Creo que uno de los poemas en este libro lo dice mejor: Qu hay? Hay el principio del tiempo, Algo sumergido y oscuro, Algo que naci siendo olvido. Pero hay el tiempo nuestro. Hay la historia. Lo que construimos. Lo que imaginamos. Hay el espacio en el que naci El deseo de estar: De permanecer. Y compartir. Yo quiero hablar de ese tiempo. Del tiempo de nuestras frgiles aventuras. El libro est dividido en dos partes, que hablan de dos hechos fundamentales. Por un lado, el amor (T y yo), y lo que tiene de reivindicacin y reconciliacin con nosotros y con el todo. Por el otro, este parpadeo que es el tiempo de nuestra vida (Esta estada). Este enorme accidente que ha sido existir, y todo su sinsentido congnito, que nosotros, por nuestra irreprimible necesidad de ser, hemos buscado corregir.
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No Dejar Al Tiempo Irse En Silencio
Este libro ha buscado poder dar cuenta de la manera en que el tiempo mi pequeo tiempo, nuestro gran tiempo se ha manifestado en m. Creo que uno de los poemas en este libro lo dice mejor: Qu hay? Hay el principio del tiempo, Algo sumergido y oscuro, Algo que naci siendo olvido. Pero hay el tiempo nuestro. Hay la historia. Lo que construimos. Lo que imaginamos. Hay el espacio en el que naci El deseo de estar: De permanecer. Y compartir. Yo quiero hablar de ese tiempo. Del tiempo de nuestras frgiles aventuras. El libro est dividido en dos partes, que hablan de dos hechos fundamentales. Por un lado, el amor (T y yo), y lo que tiene de reivindicacin y reconciliacin con nosotros y con el todo. Por el otro, este parpadeo que es el tiempo de nuestra vida (Esta estada). Este enorme accidente que ha sido existir, y todo su sinsentido congnito, que nosotros, por nuestra irreprimible necesidad de ser, hemos buscado corregir.
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No Dejar Al Tiempo Irse En Silencio

No Dejar Al Tiempo Irse En Silencio

by Francisco Castellanos
No Dejar Al Tiempo Irse En Silencio

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eBook

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Overview

Este libro ha buscado poder dar cuenta de la manera en que el tiempo mi pequeo tiempo, nuestro gran tiempo se ha manifestado en m. Creo que uno de los poemas en este libro lo dice mejor: Qu hay? Hay el principio del tiempo, Algo sumergido y oscuro, Algo que naci siendo olvido. Pero hay el tiempo nuestro. Hay la historia. Lo que construimos. Lo que imaginamos. Hay el espacio en el que naci El deseo de estar: De permanecer. Y compartir. Yo quiero hablar de ese tiempo. Del tiempo de nuestras frgiles aventuras. El libro est dividido en dos partes, que hablan de dos hechos fundamentales. Por un lado, el amor (T y yo), y lo que tiene de reivindicacin y reconciliacin con nosotros y con el todo. Por el otro, este parpadeo que es el tiempo de nuestra vida (Esta estada). Este enorme accidente que ha sido existir, y todo su sinsentido congnito, que nosotros, por nuestra irreprimible necesidad de ser, hemos buscado corregir.

Product Details

ISBN-13: 9781490770277
Publisher: Trafford Publishing
Publication date: 02/19/2016
Sold by: Barnes & Noble
Format: eBook
Pages: 102
File size: 158 KB
Language: Spanish

About the Author

Francisco Castellanos nació el 11 noviembre de 1975. Se graduó en ingeniería en sistemas electrónicos. Actualmente reside en San Francisco, California. Sus inspiraciones han sido Octavio Paz, Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, entre muchos.

Read an Excerpt

No Dejar al Tiempo Irse en Silencio


By Francisco Castellanos

Trafford Publishing

Copyright © 2016 Francisco Castellanos
All rights reserved.
ISBN: 978-1-4907-7026-0


CHAPTER 1

Tú y yo


    Trazando un plan


    Con muchas historias atrás
    Hemos buscado cómo trazar el plan
    Que nos llevaría a encontrarnos.
    En silencio
    Y sin saberlo
    Hemos decidido
    Que habrá un día en que nuestra vida dejará de ser ajena.
    Un día tu vida será la mera necesidad
    De mi existencia.
    Llegará el momento en el que yo
    Diga tu nombre al aire,
    Y tú,
    A mi lado,
    Respondas.

    Y vamos lentamente definiendo un camino,
    La gran tarea de averiguar
    Dónde está el lugar
    En el que nos hemos citado.

    De algún modo secreto
    Algo nos comunica.
    O tal vez no.
    Quizá lo único que tenemos
    Es nuestro deseo,
    Nuestra ilusión.
    Dependemos entonces
    De nuestra determinación,
    De nuestro desafío a la fatalidad,
    Y de que así,
    A fuerza de apostar,
    Nuestro encuentro un día gane.


    La ilusión de que nos veremos


    Qué ilusión,
    Saber que un día te veré,
    Que en la distracción de lo que se repite
    Entrará tu presencia.
    Serás la súbita aparición:
    La destrucción:
    Todo dejará de ser,
    Estarás tú y yo y la nada.
    Sentiremos cómo las cosas
    Nacen de nuevo,
    Cómo se levantan como un mundo
    Pleno de nuestros ojos por fin mirándose.

    Qué gran deseo,
    Qué entusiasmo,
    Saber que los días se recorren trémulamente,
    Y nosotros por ahí andamos,
    Sin saber el uno del otro,
    Pero que en ese fragor
    Nosotros vamos como queriéndonos,
    Como haciendo crecer esa alegría que será
    Cuando en un día,
    A esa hora en que la luz se está perdiendo en la noche,
    Tú y yo nos sentemos juntos,
    Y viendo a la luz diluirse en un rojo
    Que será después aire oscuro,
    En silencio juntemos nuestras manos.


    Nos encontramos


    Nos encontramos cuando ya casi nos habíamos rendido.
    Nos han pasado tantas cosas,
    Nos hemos deseado tanto,
    Fue tan dura la existencia sin estar
    Uno junto al otro,
    Que parece imposible que esto
    Haya sucedido.

    Nos encontramos.
    Hubo un momento, un segundo en el tiempo,
    En el que por accidente,
    Por error,
    (A veces, qué maravilla del mundo es el error)
    Volteamos,
    Nuestro rostro giró ...
    Y ahí estábamos,
    Ahí estaban nuestros ojos mirándose,
    Viendo lo que de manera oscura
    Habíamos buscado.

    Hemos querido vernos,
    Y eso es una petición ciega.
    ¡Cómo osamos pedir que el amor se realice!
    Cómo podemos esperar que el mundo,
    Nuestro mundo,
    Nazca.

    Porque lo cierto es que eso
    No está destinado a ser.
    El tiempo no se ha enterado
    De ese anhelo
    Que es nuestra vida.
    Pero lo deseamos.
    Absurdamente.

    Y entonces algo sucede.
    En el juego del absurdo
    Que el azar juega
    Se produce una grieta,
    Y por ahí dos vidas,
    Dos como tú y como yo,
    Dos que son tú y yo,
    Se ven.


    El sitio


    Fue en las ciudades
    Con tanto tiempo amontonado,
    Empapadas de recuerdos macerando paredes y ventanas
    Para que lo visible sea un poco imperfecto,
    Un poco nosotros y nuestro transcurso.
    En esas ciudades que no pueden resistirse a hablarnos,
    A dejarnos pequeñas notas
    De quienes compartieron con nosotros el mismo sitio,
    Pero que la debilidad del tiempo no permitió que nos viéramos
    Y nos sentáramos a dar y recibir nuestro testimonio.
    En ciudades un poco rotas,
    Un poco desvencijadas por toda
    Esa caminata sobre ellas,
    Lugares desorientados
    Por una trashumancia que se pierde
    En un punto anterior a la memoria,
    Anterior a lo que imprimió nuestra consciencia.
    En lugares así con tanto detrás,
    Encontrarnos tú y yo
    Tiene que ser una confirmación.

    Recreamos algo ordinario:
    Yo estoy en una calle esperando un tranvía,
    O en un parque sentado perdiendo mi tiempo
    Frente a un sol que se acaba,
    Y un segundo después pasas frente a mí
    Llevando en bolsas simétricas
    Los ingredientes que serán en la noche
    Los alimentos que se comparten
    Mientras nos contamos cuentos junto al fuego,
    Que hoy día será una casa, un cuarto pequeño:
    Cualquier cosa que cree un espacio
    Que nos reúna y nos proteja de la intemperie.
    Te veo pasar
    Y tú miras y yo miro,
    Y ya está:
    El propósito humano queda cumplido.


    Posibilidad


    Como si fuese una duda,
    Un pensamiento queriendo nacer,
    Así tú y yo,
    Dos desconocidos
    En todos los días que nos han hecho,
    Excepto éste,
    Estamos queriendo entrelazar una oportunidad,
    La forma de empezar una historia,
    Que sea
    Decir mi nombre
    Y que tú me digas el tuyo,
    Y que con palabras
    Y acercamientos,
    Lo instantáneo en nosotros,
    Pinceladas de lo que buscamos,
    Y que sólo ahora podríamos atrevemos
    A pronunciar,
    Vayamos dando con esta posibilidad ...
    Que ya está condenada,
    Pero que no abandonamos,
    Que tenemos la obligación
    De no abandonar.
    Tú y yo,
    Sólo eso,
    Sólo eso tenemos en este momento.
    Tú allí, yo aquí,
    Buscándonos con miradas indecisas,
    Que no se atreven a confesarse;
    Queriéndose revelar,
    Pero resistiéndose un poco.

    Pero he ahí nuestra oportunidad.
    Podemos atrevernos a decir algo,
    A empezar con una palabra,
    Y decidirnos a que lo nuestro sucederá,
    Que será uno de esos breves espacios
    En los que ha sido posible
    Sentir el tiempo
    Como el lugar donde pudimos construir
    Nuestra breve casa.


    Destello


    Lo instantáneo.
    El relámpago de unos ojos.
    Las primeras palabras.
    El balbuceo.
    Porque cómo dar con la
    Palabra precisa,
    El gesto exacto
    Para mostrarnos abiertamente.
    Sólo está la instantánea intensidad.
    Y la torpeza como
    Urgentemente queremos dejarla mostrar:
    El espacio del sentimiento,
    Del sentimiento emergiendo
    En una invasión que nos va ocupando
    Y que nos deja atrás.
    Yo, tú,
    Y las formas absurdas
    De decirnos cosas,
    Rodeos que hacemos
    En el intento imposible
    De decir:
    Mira, yo estoy aquí
    En mi forma simple,
    Y estoy aquí viéndote,
    Sintiendo una oscura alegría
    Como llegándome desde lejos,
    Desde lo que dentro de mí
    Buscaba su oportunidad
    De amanecer.


    Este latido


    Ah, nuestro corazón.
    Qué tanto queremos abandonarnos al amor.
    Qué tanto queremos desarmarnos.
    Poder,
    Así nada más,
    Sonreír
    Y desenmascararnos.
    Poder abrir nuestros ojos
    Y dejar a nuestra alma delatarse.
    Tener la libertad de permitirnos
    Ser débiles.
    Tener la valentía de ofrecer
    El rincón donde tiritamos.
    Saber aceptar
    Nuestra inutilidad cósmica;
    No negar que yendo
    Hacia atrás dentro de nosotros
    Lo que hay
    Es el llanto inerme.
    No ahogar lo que esencialmente
    Es una petición:
    De ayuda,
    De compañía.


    


    Sé para mí
    Lo que yo he venido intentando desde hace mucho.
    O sea,
    Sé en tu propio ir y venir,
    En tu singular manera
    De dar cuerpo a tu tiempo,
    En tu instantánea comunicación
    Con la forma como la realidad
    Decidió embestirte;
    Sé eso y
    Conviértete así en la manifestación,
    En el signo que me faltaba
    Para lograr averiguarme,
    Para saber de dónde viene
    Toda la pulsación irreductible
    Con la que salgo a la existencia
    A recibir el azar de estar aquí.


    Hablarte en la noche


    Hablarte en la noche
    Cuando lo que podemos decirnos
    Son cosas mínimas,
    Ya desvestidos de los nombres de la supervivencia,
    Sólo con los nombres que nos comprometen,
    Los que nos revelan,
    Los que nos dejan desnudos.
    No queda escapatoria para la verdad
    Cuando sólo queda
    Lo que no puede sino mostrarnos enteros:
    La verdad es el otro nombre
    De dos personas abandonadas
    Una a la otra.
    Hablarte cuando no puedo verte,
    Sólo sintiendo el calor que me comunica
    Con tu cuerpo,
    Y tu aliento con el que
    Empiezas a musitar mi nombre.
    Hablarte en la noche,
    Ya olvidado de todo,
    Despojado de todo,
    Buscando averiguar
    Cómo poder hacer que sepas
    Este temblor,
    Esto estremeciéndose,
    Como un movimiento que me ata
    Al tiempo de hoy,
    Al tiempo en el que estoy contigo.


    Tentativa


    Si pactamos
    Mantenernos en silencio,
    Y nos aventuramos
    A dejar que sólo
    Nuestros dedos,
    Nuestro contacto repentino,
    Sean la única posibilidad
    De aprendernos.
    Sólo con los errores,
    Con los accidentes en el recorrido
    Que nuestras manos hacen
    Buscando nuestra definición material,
    Ese símbolo terrestre de nuestra oscura palpitación:
    Sólo siguiendo una desconocida pronunciación,
    Sólo así podremos saber.


    Averiguándonos


    Sobre la idea de
    Estar cerca,
    De permitirnos
    Movimientos en silencio
    Que queden escritos por el tacto,
    Que sean dichos por la obra
    Del calor o la respiración que nos intercambiamos.
    Queda algo a la deriva
    Y tenemos que apresarlo
    Con intenciones hechas de lo que somos:
    Arena, aire, algo de lluvia.
    Cerca,
    Al lado,
    Junto a ti,
    A quien he vislumbrado
    En un día como hoy
    Que puede ser de nubes y viento
    O de una luz que nos ensordece;
    Frente a ti
    Hay una oportunidad.
    La auténtica pregunta surge
    Cuando sólo hay dos
    Buscándose con lo más simple,
    Con lo que en los momentos de exigencia
    Tenemos cerca y nos es más nuestro:
    El tacto, la mirada.
    Cuando se está solamente dos
    Se da la más profunda obligación
    De mostrarnos,
    De enseñar nuestras cartas.

    Más aún que estando solos ante el espejo,
    Es cuando tenemos dos ojos que nos interrogan
    Cuando tenemos que enfrentarnos a lo que somos.


    Aquí me tienes

    Aquí me tienes a veces
    No queriendo sino seguir a tientas
    El curso de tu piel.

    Aquí me tienes a veces
    Queriendo averiguar tu cuerpo,
    Recorrerlo con mis dedos,
    Completarlo con mis manos,
    Aprender esa comunicación de mis labios
    En tus senos,
    Esa continuación de tu cintura en mis brazos.
    A veces quiero aprender de ti
    Por el sabor que llega a mis labios
    Cuando buscan caminos en tu espalda o en tus piernas.

    A veces sólo quiero una profundidad silenciosa,
    Esa certeza elemental
    Que me llega desde dentro
    De ti,
    Desde lo oscuro
    De tu cuerpo,
    Donde sólo sé de ti
    Porque me rodeas,
    Porque lo único que existe es
    La presión y el olor
    De tu totalidad.


    Amarte


    Te amo tan desordenadamente.
    Te amo.
    Quiero decirlo.
    Quiero que mi amor por ti
    Sea un hecho definitivo en la historia del tiempo.

    Quiero que esto que tú creaste,
    Que estableció un nuevo territorio
    Dentro de mí,
    Que desenredó silencios en mi cuerpo,
    Quiero que eso tan incontrolado,
    Que me excede
    (Y por eso necesito decir algo,
    Y por eso escribo estas palabras)
    Sea la afirmación de la eternidad
    Que nos ha sido negada.


    Me asombra


    Me asombra
    La debilidad que soy
    Cuando te tengo aquí,
    A mi lado.
    Me asombra
    Que después de haber aprendido
    A sobrevivir,
    Sienta
    Que continuar se me complica
    Si tú de pronto dejaras de estar.
    Me asombra esto que siento:
    Amarte.
    Y descubrir con esto
    Que el entusiasmo
    — Que es el que nos empuja a
    La aventura de buscar palabras,
    Imágenes,
    Formas para ser con los otros —
    Continúa;
    Que seguirá apareciendo
    Un desorden
    Que se revuelve dentro de mí
    Y que quiere
    Un signo,
    Una imagen para poder entregarse
    Como un alimento:
    Algo que nos compartimos
    Para ayudarnos a sobrevivir,
    Y poder descubrir en nosotros
    Una misma historia
    Que pide ser contada.


    Pacto


    Quisiera que tú y que yo
    Pudiéramos establecer un pacto,
    Un principio,
    Algo con lo que sepamos que hemos decidido
    Darnos una vida
    Que sabe de la muerte,
    Pero con todo
    Decide andar,
    Decide perder el tiempo,
    El bello tiempo perdido
    De atreverse a levantar un mundo,
    Que al final se perderá en la noche del tiempo,
    Pero que en tanto vivimos,
    En tanto lo sostuvimos,
    Fue un mundo que logró vencer a la nada.


    Nuestro lugar


    Ya puedes entrar
    En esta casa,
    Que ya estaba ahí,
    Porque lo único que hice
    Fue ponerle algunos adornos,
    Algunas flores
    En sus terrazas,
    Listones para recoger
    Su cabello desatado
    Por las voces del océano cercano.
    Yo sólo quise darle un vestido
    Para la noche en que viniéramos.
    Para que tú y yo
    Pudiéramos
    Tener la cama
    Y la mesa;
    Para que en la noche y su oscuridad
    El terror del mundo quedara fuera,
    Y nuestras voces en el silencio quedasen
    Protegidas.


    Cómo llegar a ti


    Cuanto quisiera
    Sólo ser yo ante ti,
    Poderte decir simplemente:
    Aquí estoy,
    Y no necesitar nada más,
    Porque tú conoces mi historia
    Y lo mucho que dentro de mí
    Vives.
    Quisiera esa simplicidad,
    Cuando puede haber un silencio largo,
    Y sin embargo estar comunicándonos;
    Saber que tú me sabes,
    Sin necesidad de que te lo explique,
    Estando uno frente al otro,
    Y dejando a nuestros ojos
    Elaborar la plática.

    Me encanta eso.
    Pero también está el día
    De la palabra,
    El día en que lo único
    Que quiero
    Es crear una corriente de frases
    Como un movimiento de inundación,
    Como un acto de invasión,
    A través del cual puedas
    Ver mi mundo,
    Que es tuyo porque
    Tú le diste nacimiento:
    Esta alegría de la palabra
    Es la emoción de estar contigo.

    Están los días en los que quiero
    Que me sepas
    Sin apenas decirte nada.
    Pero están los días
    En los quiero crear o descubrir
    La realidad a través de ti,
    Y dejar que los sonidos,
    Las imposibles pronunciaciones
    Que voy aventurando
    Te desborden
    Y se conviertan en una forma de
    Deletrearnos.


    Lo nuestro


    Yo busco que me digas,
    Que me hables dentro de una brisa,
    Dentro de un espacio en que tu voz
    Ya no sea más que gestos
    Que desorientados me buscan,
    Y que no me llegan como palabras
    Sino como signos de tu rostro y tu cuerpo.
    Y que al recibirlos
    Sepa de una comunicación
    Que ya no es de todos
    Sino sólo de los dos.

    Pero una vez dicho esto,
    Algo que puede ser tuyo y mío
    Es ya también de ellos,
    Los que nos acompañan en este camino.
    Porque es lo que puede darse
    En medio del silencio,
    O cuando el cielo, las olas,
    El brusco desenfado del viento,
    Cantan.
    Cuando algo así puede entregarse,
    Eso ya tiene carta humana:
    Tú y yo somos dos ocasiones
    En que se cumple
    El propósito humano,
    El extraño anhelo
    Que es querer compartir el destino.


    Ven


    Ven para que te comparta
    Estos bienes mínimos
    Que yo he elaborado
    Con timidez y duda,
    Pero en los
    Que me he dejado todo ...
    Ahí puse lo que he podido ser,
    Lo que he buscado ser.

    Ven a que te regale
    Estos
    Espasmos que nacieron de esta mi sorpresa
    De encontrarme aquí,
    Así en un día accidental,
    En medio de un latido más,
    Ya perdido,
    Del gran tiempo y su irrevocable
    Resolución de no decir nada.
    Y siendo desde entonces
    Un inesperado testigo del acontecer estallando ...
    De pasares y
    De gentes que lo único que desearon
    Fue encontrar su sitio en este mundo.

    Ven a esta tarde,
    A esta noche con avisos del tumulto del viento,
    Del juego del aire,
    Del acontecer oscuro de la naturaleza.

    Ven a que sepas
    Cómo busqué
    Que el azar que soy
    Pudiese ser forma.
    Cómo fue buscar palabras
    Para la emoción,

    Para el día en que presencié
    Dentro de mí,
    Con toda su inminencia,
    La pulsación roja
    Enviando las posibilidades materiales para la vida;
    Cómo supe de esta
    Estructura elemental que soy,
    Un trozo de materia
    Sitiada por la noche del miedo,
    Pero también por las arremetidas del sol
    Insistiendo en que participemos
    De la vasta amplitud de la luz
    Y los sonidos:
    De la celebración de lo absoluto-fugaz.

    Acerca tus oídos
    A este rumor que intento,
    A estos iniciales balbuceos
    Que quizá,
    Teniéndote cerca,
    Llegarán a ser algo.

    Ven a que te cuente
    La aventura
    Que a veces,
    En ocasiones,
    Me atreví a ser.

    Ven,
    Sólo ven.
    Quiero ofrecerte
    Lo que construí con mis
    Estremecimientos.


    Tú y el descubrimiento


    Es el preciso momento
    De declararlo,
    De decir que este amor por ti
    Me ha llevado a sentir
    El verdadero sabor de nuestras palabras humanas.

    Esta alegría,
    Esta fuerza que anda empujándome desde el fondo,
    Porque siempre me acompañas,
    Porque siempre te estoy pensando,
    Me empuja a caer en la cuenta de la obligación
    Que es estar aquí,
    Con el viento y el sol
    Estrellándose en mi rostro,
    Invitándome a presenciar lo descomunal
    Que es poder sentir el sabor,
    El olor de cualquier hora,
    El tacto de la noche.
    Este sentimiento por ti
    Abre las compuertas de mi estadía,
    De mi encuentro con la realidad:
    Veo entonces que nuestras palabras
    — Nuestras palabras de siglos,
    De gente atravesando el tiempo,
    Y luego despidiéndose —
    Han logrado la manifestación.
    Porque no son otra cosa que la respuesta
    A nuestro asombro.


    Continuidad


    Ya puedes creer
    Que algo de mí
    Está decidido a defender
    Lo que edificamos.
    Ten la certeza.
    Creo haber leído
    Por ahí
    Que el momento del inicio
    — El estallido que
    Desató
    La materialidad de las minerales,
    Y su transcurrir
    En la polvareda del tiempo —
    No se ha perdido:
    Su estela sigue paseándose por el universo,
    Así como ese último estertor de la borrasca,
    Esa mínima brisa
    Que todavía logra arrancar
    Algunos murmullos de las extensiones solitarias.
    Nuestro fin está ahí,
    Nosotros tendremos que desistir.
    Pero esto,
    Esta hora,
    Y lo que anoche nos dijimos,
    Lo que nació
    Entre tú y yo,
    Eso,
    A diferencia de nosotros,
    Nunca dirá adiós:
    Su imagen
    Será por siempre
    Una pulsación
    De la elementalidad
    Ínfima
    Que hace sus recorridos
    En las estepas sordas del cosmos.


(Continues...)

Excerpted from No Dejar al Tiempo Irse en Silencio by Francisco Castellanos. Copyright © 2016 Francisco Castellanos. Excerpted by permission of Trafford Publishing.
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