Ojo De Leopardo

Un poemario constituido por dos partes.

La primera, titulada “Monólogo de Sal” (sal significa llanto) escrita en un verso libre escueto, esencial, desprovisto de adornos, expresa la muerte de un amor y su consecuente desolación. Allí la hablante nos dice “Con mi cuerpo a voces / grito / y construyo silencios / espesos como angustias.” No se grita con la voz sino que es el cuerpo físico el que no resiste la embestida de la angustia y por lo tanto se hace silencio.
Y prosigue: “He olvidado las antiguas manos./ Pierdo caricias / que eran palomas /antes del cataclismo.” Se han olvidado las manos porque no hay nadie a quien acariciar. La mención a palomas sugiere la ternura que existía antes de la destrucción final, o sea, del cataclismo.

La segunda parte del poemario titulada “Ojo de Leopardo” está encabezada por un breve poema de introducción: “Yo mujer de fuego y de potencia/ ángel sin ala reptando en esta tierra / mujer trigo ya en ceniza / átomo de nada / constelación / o esencia / con sólo una gota de luz / y un abismo de tristeza / te amo.” Es la misma hablante que expresaba su angustia en la primera parte, ahora, puesta su esperanza de felicidad en un nuevo sentimiento. Esta parte se continúa con el poema que da título general a la obra: “Ojote Leopardo”. Es un poema escrito en seis cantos de cinco estrofas cada uno. Cada estrofa formada por cuartetos endecasílabos asonantados en los versos intercalados. Siguen luego, diez poemas breves escritos en cuartetos, tercetos o dísticos, así como en otras estrofas de medida diversa y rima asonante. Y aunque hay mucho de juego creativo en las diferentes combinaciones, todo en este segmento tiende a una versificación tradicional. Cierra el poemario un tríptico donde cada sección nos presenta a ella, a él, y a la pareja.

En cuanto al tema de la segunda parte se evidencia un intenso sentimiento erótico. “…un erotismo que trasciende la anécdota, para culminar universalizado en una especie de cosmogonía del amor “ como expone el prologuista de la segunda edición. Es casi un desesperado intento de aferrarse a la vida a través de una pasión sublimada aunque también estigmatizada, y fundamentada en una necesidad física y espiritual al mismo tiempo. La amante trata, por medio del Poder de la Palabra (que pide a Dios) de conmover con ardor elocuente al amado, al que llama “hombre esencial”.

El insólito título de la obra alude a que el amor es como un felino. Tiene un ojo certero, rápido, potente. Cuando ve la presa no quita de ella la mirada hasta atraparla.
Por lo tanto, el poemario no alude al animal leopardo en sí, sino a un ser abstracto, idealizado, imaginario, de mirada poderosa, que siempre está al acecho de los corazones humanos.
Tal como dice el segundo verso de la segunda estrofa del primer canto del poema homónimo:
“Ojo de leopardo, aquel que no duerme…” el amor siempre está alerta.

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Ojo De Leopardo

Un poemario constituido por dos partes.

La primera, titulada “Monólogo de Sal” (sal significa llanto) escrita en un verso libre escueto, esencial, desprovisto de adornos, expresa la muerte de un amor y su consecuente desolación. Allí la hablante nos dice “Con mi cuerpo a voces / grito / y construyo silencios / espesos como angustias.” No se grita con la voz sino que es el cuerpo físico el que no resiste la embestida de la angustia y por lo tanto se hace silencio.
Y prosigue: “He olvidado las antiguas manos./ Pierdo caricias / que eran palomas /antes del cataclismo.” Se han olvidado las manos porque no hay nadie a quien acariciar. La mención a palomas sugiere la ternura que existía antes de la destrucción final, o sea, del cataclismo.

La segunda parte del poemario titulada “Ojo de Leopardo” está encabezada por un breve poema de introducción: “Yo mujer de fuego y de potencia/ ángel sin ala reptando en esta tierra / mujer trigo ya en ceniza / átomo de nada / constelación / o esencia / con sólo una gota de luz / y un abismo de tristeza / te amo.” Es la misma hablante que expresaba su angustia en la primera parte, ahora, puesta su esperanza de felicidad en un nuevo sentimiento. Esta parte se continúa con el poema que da título general a la obra: “Ojote Leopardo”. Es un poema escrito en seis cantos de cinco estrofas cada uno. Cada estrofa formada por cuartetos endecasílabos asonantados en los versos intercalados. Siguen luego, diez poemas breves escritos en cuartetos, tercetos o dísticos, así como en otras estrofas de medida diversa y rima asonante. Y aunque hay mucho de juego creativo en las diferentes combinaciones, todo en este segmento tiende a una versificación tradicional. Cierra el poemario un tríptico donde cada sección nos presenta a ella, a él, y a la pareja.

En cuanto al tema de la segunda parte se evidencia un intenso sentimiento erótico. “…un erotismo que trasciende la anécdota, para culminar universalizado en una especie de cosmogonía del amor “ como expone el prologuista de la segunda edición. Es casi un desesperado intento de aferrarse a la vida a través de una pasión sublimada aunque también estigmatizada, y fundamentada en una necesidad física y espiritual al mismo tiempo. La amante trata, por medio del Poder de la Palabra (que pide a Dios) de conmover con ardor elocuente al amado, al que llama “hombre esencial”.

El insólito título de la obra alude a que el amor es como un felino. Tiene un ojo certero, rápido, potente. Cuando ve la presa no quita de ella la mirada hasta atraparla.
Por lo tanto, el poemario no alude al animal leopardo en sí, sino a un ser abstracto, idealizado, imaginario, de mirada poderosa, que siempre está al acecho de los corazones humanos.
Tal como dice el segundo verso de la segunda estrofa del primer canto del poema homónimo:
“Ojo de leopardo, aquel que no duerme…” el amor siempre está alerta.

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by Marta de Arévalo
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Un poemario constituido por dos partes.

La primera, titulada “Monólogo de Sal” (sal significa llanto) escrita en un verso libre escueto, esencial, desprovisto de adornos, expresa la muerte de un amor y su consecuente desolación. Allí la hablante nos dice “Con mi cuerpo a voces / grito / y construyo silencios / espesos como angustias.” No se grita con la voz sino que es el cuerpo físico el que no resiste la embestida de la angustia y por lo tanto se hace silencio.
Y prosigue: “He olvidado las antiguas manos./ Pierdo caricias / que eran palomas /antes del cataclismo.” Se han olvidado las manos porque no hay nadie a quien acariciar. La mención a palomas sugiere la ternura que existía antes de la destrucción final, o sea, del cataclismo.

La segunda parte del poemario titulada “Ojo de Leopardo” está encabezada por un breve poema de introducción: “Yo mujer de fuego y de potencia/ ángel sin ala reptando en esta tierra / mujer trigo ya en ceniza / átomo de nada / constelación / o esencia / con sólo una gota de luz / y un abismo de tristeza / te amo.” Es la misma hablante que expresaba su angustia en la primera parte, ahora, puesta su esperanza de felicidad en un nuevo sentimiento. Esta parte se continúa con el poema que da título general a la obra: “Ojote Leopardo”. Es un poema escrito en seis cantos de cinco estrofas cada uno. Cada estrofa formada por cuartetos endecasílabos asonantados en los versos intercalados. Siguen luego, diez poemas breves escritos en cuartetos, tercetos o dísticos, así como en otras estrofas de medida diversa y rima asonante. Y aunque hay mucho de juego creativo en las diferentes combinaciones, todo en este segmento tiende a una versificación tradicional. Cierra el poemario un tríptico donde cada sección nos presenta a ella, a él, y a la pareja.

En cuanto al tema de la segunda parte se evidencia un intenso sentimiento erótico. “…un erotismo que trasciende la anécdota, para culminar universalizado en una especie de cosmogonía del amor “ como expone el prologuista de la segunda edición. Es casi un desesperado intento de aferrarse a la vida a través de una pasión sublimada aunque también estigmatizada, y fundamentada en una necesidad física y espiritual al mismo tiempo. La amante trata, por medio del Poder de la Palabra (que pide a Dios) de conmover con ardor elocuente al amado, al que llama “hombre esencial”.

El insólito título de la obra alude a que el amor es como un felino. Tiene un ojo certero, rápido, potente. Cuando ve la presa no quita de ella la mirada hasta atraparla.
Por lo tanto, el poemario no alude al animal leopardo en sí, sino a un ser abstracto, idealizado, imaginario, de mirada poderosa, que siempre está al acecho de los corazones humanos.
Tal como dice el segundo verso de la segunda estrofa del primer canto del poema homónimo:
“Ojo de leopardo, aquel que no duerme…” el amor siempre está alerta.


Product Details

BN ID: 2940011384011
Publisher: Emooby
Publication date: 03/16/2011
Sold by: Smashwords
Format: eBook
File size: 152 KB
Language: Spanish

About the Author

Marta de Arévalo (Uruguay) Lleva editados en Montevideo, Madrid, México y París, una treintena de títulos de poesía, narrativa, crónicas históricas y literatura infantil (cuentos, poesía, teatro y canciones) Editora de la Revistas literarias B.L.A.N.C.O. y “Lunita de Papel” (literatura infantil ilustrada) auspiciadas por el Ministerio de Educación y Cultura. Fundadora del Grupo Cultural B.L.A.N.C.O. que preside. Dirige su taller poético. Figura en varias antologíashispanoamericanas.Sus poemas aparecieron dominicalmente por dieciséis años, en suplemento dominical del diario “El País” de Montevideo. Algunos de sus poemas fueron traducidos al: francés, portugués, italiano, inglés, alemán y húngaro.

Ha recibido premios de: Ministerio de Educación y Cultura en 1975, 1981, 1982, y 1992; Intendencia Municipal de Montevideo, 1981-1982; Intendencia de Venado Tuerto, Santa Fe, Argentina, 1978; Violeta de Oro, en 1975 y en 1977, y Medalla de Oro, en los Juegos Florales Internacionales de Montevideo, 1977. En 1992 se le otorgó Palma Académica al Mérito, por la Academia Internazionale di Pontzen, Italia. En 1994 recibió, junto a otros cinco escritores uruguayos, el Premio “José Vasconcelos” de México. En el 2000, recibió por su obra completa, el Premio Internacional de Literatura Latinoamericana y del Caribe “Gabriela Mistral”, que otorga la Asociatión Côté-femmes, de París, “a escritoras en lengua española con una obra valiosa en cualquier género literario”, con adhesiones de personalidades e instituciones de Uruguay, Bolivia, México, EE.UU. España y Francia.En 2003 el Frente de Afirmación Hispanista, de México editó ”Antología de la Poesía Cósmica de Marta de Arévalo”

Su nombre y/otrayectoria se incluyen en “Los Barrios de Montevideo” (edición de la Intendencia Municipal de Montevideo) 1993; en “Biografía de intelectuales uruguayos” 1978; en “Diccionario Bibliográfico de la Mujer en Uruguay” 1983; en “Agentes culturales” 1994; en “Historia del Uruguay” Capítulo: Literatura de la mitad del siglo XX,1995 (texto para enseñanza secundaria); en “Muestra de Literatura Uruguaya” 1996; y en “Quien es quien en Uruguay” 1997. Ha sido jurado en concursos poéticos privados y del Ministerio de Educación y Cultura. Por su iniciativa se instituyo en 1987 el
“Premio Internacional de Literatura —Juana de Ibarbourou—” , del Club de Leones del mismo nombre, del que se fue integrante; y en 2004, el “Certamen Internacional de Poesía “Premio María Eugenia Vaz Ferreira” convocado por el Grupo Cultural BLANCO y auspiciado por el Frente de Afirmación Hispanista, de México. Co-fundadora de varias instituciones culturales y sociales, ha formado parte de sus directivas. Es socia activa de la Asociación de Autores del Uruguay (AGADU) e integra el Capítulo Montevideo de la Academia Iberoamericana de Poesía.

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