Tratado de las idolatrías, supersticiones y costumbres

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Overview

Jacinto de la Serna describe, entre otras, las costumbres de las indígenas aztecas durante el embarazo. Según comenta, no debían mirar los eclipses del Sol y la Luna, pues la criatura podría tener labios leporinos. Tampoco podían contemplar ejecuciones, pues los niños nacerían con una horrible soga de carne anudada a la garganta. Este tratado además ha sido extensamente citado por los expertos en sustancias psicotrópicas. Serna se ocupa de las diferentes sustancias que ingieren los indígenas en sus rituales y su texto se convirtió en una referencia en los estudios sobre el tema. Atrapados entre la abominación y la antropología cultural, por momentos poseídos por una curiosidad insaciable, Serna y Hernando Ruiz de Alarcón (también publicado por Linkgua) constituyen los autores de referencia en la tratadística del siglo XVI dedicada a los rituales de los habitante originarios de México.

Product Details

ISBN-13: 9788498169560
Publisher: Linkgua
Publication date: 08/31/2010
Series: Historia , #380
Sold by: Bookwire
Format: eBook
Pages: 342
File size: 589 KB
Language: Spanish

About the Author

Jacinto de la Serna fue colegial del Colegio Mayor de Santa María de Todos Santos, doctor teólogo y tres veces rector de la Universidad de México. El propio de la Serna declara haber sido cura de Tenanzingo (1626) y que este pueblo fue su primer destino pastoral. Según don Francisco del Paso y Troncoso, fue además párroco de Xalatlaco y del Sagrario de la Catedral Metropolitana en varias ocasiones (1635-1645, 1648-febrero de 1651 y septiembre de 1651-17 de abril de 1681). También fue visitador general del arzobispado por los señores arzobispos Manso y Mañozca. De la Serna murió el 17 de abril de 1681.

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Tratado de las Idolatrías, Supersticiones, Hechicerías, y Otras Costumbres de las Razas Aborígenes de México


By Jacinto de la Serna

Red Ediciones

Copyright © 2015 Red Ediciones S.L.
All rights reserved.
ISBN: 978-84-9816-956-0



CHAPTER 1

DEL ESTADO, QUE TENÍAN LAS IDOLATRÍAS ANTES DE LAS CONGREGACIONES DE LOS INDIOS HA POBLADO


1. Idolatrías y supersticiones de los indios

PARA MEJOR ASENTAR EL ESTADO, que hoy en día tienen las idolatrías y supersticiones de los indios, me pareció tratar del estado, que tuvieron, antes que se hiciesen las congregaciones, que tanto costó a Nuestro catoliquísimo rey Filipo II, de felice recordación, que fue el año de 1595, solo a fin de la mejor doctrina, y enseñanza, de esta miserable gente, y es muy de notar, que en aquel tiempo, habiendo tantos años, que con la venida de los españoles, que fue el año de 1521, aportó a esta Nueva España la luz del Evangelio, se pudiera con razón pensar, que así como las tinieblas de la noche se destierran con la venida del Sol a nuestro hemisferio, así las tinieblas oscuras de la infidelidad e idolatría, se habían totalmente desterrado con la luz, y conocimiento del verdadero Sol de justicia Cristo Señor Nuestro ...

Pues después de tanta luz, de tanta predicación, y trabajos, habiendo de estar llenos de luz, están metidos en tan oscuras tinieblas, y habiendo de resplandecer con obras de verdaderos cristianos, se descubren en ellos obras de verdaderos idólatras, y fingiendo exteriormente cristiandad, y pieles de ovejas, siendo en lo interior, lobos robadores de la honra debida a Dios, atribuyéndola a las criaturas, y en ellas al Demonio, como sus antepasados lo solían hacer, y habiéndose de esperar de ellos, que eran ya hijos de la luz, se ve por experiencia que lo son de tinieblas; pues brotan en ellos las tinieblas de la idolatría, que tienen y han tenido encubierta, que esta nunca la han dejado, sino que desde, que a los principios se les predicó la fe, la tienen, y obran con tanta astucia, que aunque idolatren delante de los españoles y aun en presencia de sus mismos ministros, no se les conoce la idolatría, y proceden en esto con tal seguridad, que aunque en su presencia digan las palabras, que ellos usan en los sacrificios, que hacen al fuego, o en otra alguna parte, no se las entienden, porque son a las veces equívocas, y si no lo son dicen las con seguridad, y satisfechos, de que no se las entienden:

Pues cuando alguna mujer está de parto, que la esfuerzan, y animan le dicen: Nochpotzin, ahmo ximotequipacho, xitnochicahua ca nican mehuiltitica in nantli in tatli. No te aflijas, hija mía, esfuérzate, que aquí está presente el padre y la madre. Llaman al fuego padre y madre; y que confíe en él, que como tal la esforzará, y acudirá en su trabajo; y así viven tan al seguro en sus tinieblas, como si vivieran, en luz, como lo dice de ellos Job. Sic in tenebris mbulant quasi in luce.

Y pasan más adelante, que tienen sus tinieblas por luz; pues tienen por tan necesarias sus supersticiones, e idolatrías, que sin ellas no les sucederá ninguna cosa bien; y la razón, que desto dan es Caiuh otechilhuitiaque in huehuetque, totahuan, tocolhuan. Porque no los dejaron dicho así los viejos antiguos padres, y abuelos nuestros, y hacen tanta fuerza en esta tradición, que viene de padres a hijos, que muestran gran sentimiento, cuando ven, que se va olvidando, y dicen: Anh quen? cuix ilcahuiz, cuix polihuiz in otechmachtitiaque huehuetque? Pues ¿cómo hase de olvidar, y perder lo que nos dejaron enseñado los viejos antiguos? pareciéndoles, que es esta bastante razón, y convencidos de ella aprenden las ceremonias, y supersticiones, que son tantas, que no hay cosa, oficio, o granjería, para la cual no haya que aprender; ya para pedir favor, y socorro a sus dioses, ya para darles gracias por algún beneficio, que les parece haber recibido de su mano.


2. Invocación a gran número de dioses

TIENEN CON ESTO tanta multiplicidad de dioses, que es de ver como para unas cosas invocan unos, y para otras invocan otros, y el que para un negocio, o ocupación es mayor, para otro es menor Dios, y la causa de haber tenido esta gente indiana tanta multiplicidad de dioses es por la multiplicidad de naciones, que hay en ella, porque tenían por costumbre (como lo fue de otras muchas naciones, y a los romanos no les cupo la menor parte de este error) que cuando venía alguna nación a poblar de nuevo entre la que ya estaba poblada; los unos recibían por Dios al que traían los que venían de nuevo, y estos en recompensa veneraban por su Dios al que tenían los ya poblados, y así es tradición, que los mexicanos, que vinieron a poblar a esta tierra después de los Tlalmanalcas recibieron por Dios a Tezcatlipucca, Dios de los de Tlalmanalco; y estos tuvieron por Dios a Huitzilopochtli. Dios de los mexicanos: y así se fueron multiplicando los dioses según la multiplicidad de las naciones, que estaban, e iban viniendo de nuevo, recibiendo los unos los dioses de los otros, y al contrario; y por esta razón se inclinaron tan fácilmente estos indios a recibir por Dios a Cristo Señor Nuestro por medio de los españoles, que vinieron a poblar a esta tierra entre los que ya tenían a quienes han tenido siempre más veneración como más conocidos, y como obras de sus manos, y que los veían con los ojos corporales, conmutando y trocando con ellos la verdad por la mentira, y error, adorando a las criaturas, y olvidándose del Criador.

Es verdad, que trabajaron loablemente aquellos primitivos padres celosos de enseñar a estos pobres, por desengañarlos del error, y engaño, en que vivían: no por eso dejaron ellos sus engaños, y ceguedad, principalmente los que estaban muy distantes de las cabeceras, donde asistían los ministros, y derramados por otras partes no les alcanzó, ni alcanzaba tanta doctrina, y enseñanza como habían menester, teniendo ocasión de estar en sus tinieblas y errores los que tenían sus poblaciones en tierras montuosas, y fragosas, entre riscos, y quebradas, cinco en un lugar, cuatro en otro, y menos en otro (como hoy en día están en la sierra alta, y baja, y Huasteca) estando la mayor parte del año, y casi todo derramados y de por sí con achaque de sus sementeras; y en estos hacía el Demonio más a su seguro el golpe, porque no había quien le resistiese, e hiciese guerra (y lo habrá el día de hoy, donde estuvieren las poblaciones desta calidad) en estos lugares tan distantes tienen sus manidas y habitaciones los principales maestros, y celadores de la idolatría, y de aquí se reparten, y se entran en los pueblos, donde hay doctrina, y enseñanza (como hoy en día, lo hacen, y se experimenta en algunas partes) entrándose blandamente, y con recato, no mostrando luego su ponzoña hasta que se aseguran de las personas, circunstancias, y lugares, para no ser conocidos, y descubiertos; y poco a poco van derramando su veneno, y persuadiendo, que no se olviden de lo que sus antepasados hacían contentanse al principio, con que se hagan las cosas de sus idolatrías materialmente, y ellos son primeros ejecutores de ellas, y poco a poco van enseñando a otros, para que en aquellos lugares sean sus sustitutos, y maestros, y les enseñan las formales palabras de sus invocaciones, y los ritos, y ceremonias de sus sacrificios, y en esto ponen tanto recato, y cautela, que no se fían de quien quiera; y cuando han de ejecutar sus idolatrías es a hurtadillas, y a escondidas por no ser descubiertos; verificándose en ellos, lo que dijo Cristo Señor Nuestro por san Juan, capítulo 3. Omnis, qui male agit, odit lucem, et non venit ad lucem vt non arguantur opera eius.

Pues no solamente huyen de la luz, y claridad de la verdad; pues huyen de la doctrina de los sermones, y enseñanza de los ministros que los pueden enseñar, y reprender: pero también huyen de la luz material del Sol, haciendo sus juntas, y conciliábulos: de noche, y a medianoche, recatándose de sus propios hijos, y deudos, que les parece, que no vienen, ni consentirán aquella maldad, y si acaso se descubren a algunos, porque tienen satisfacción, que pueden; con grande instancia les ponen por delante, que si los descubren, o rebelan aquellas cosas, incurrirán no menos, que en pena de muerte causada por sus dioses.

Y si acaso los ven algunos, que ellos no quisieran, los amenazan con pena de muerte, si los descubren, y les persuaden a que aquello, que hacen, y enseñan es bueno, porque así lo habían hecho sus Progenitores, y lo habían dejado encomendado, para que fuese de boca en boca derivándose, y no se olvidase, sino que con perpetua tradición se fuese conservando lo que antiguamente se hacía; y es consistente verdad experimentada, que los daños, que hoy tienen, los usan de la misma manera con este recato, y con esta maña diabólica, y endemoniada doctrina.


3. Disimulación de ceremonias y ritos idolátricos

PARA MEJOR DISIMULAR su engaño, y ponzoña, la doran, mezclando sus ritos, y ceremonias idolátricas con cosas buenas, y santas, juntando la luz con las tinieblas a Cristo con belial, reverenciado a Cristo Señor Nuestro, y a su santísima madre, y a los santos (a quienes algunos tienen por dioses) venerando juntamente a sus ídolos.

Y pasa tan a delante su paliación, y disimulación, que hacen a los santos sacrificios, y con lo mismo sacrifican al fuego, sacrificando gallinas, y animales, derramando pulque en su presencia, ofreciéndoles comida, y bebida, y atribuyéndoles cualquiera enfermedad, que les viene, y pidiéndoles su favor, y ayuda, para que no les vengan, y dándoles gracias, si consiguen lo que les piden, y pareciendo, que esto hacen con los santos, a quien tienen delante; pasa la intención al fuego, a quien ofrecen aquellos sacrificios, y cuando quieren hacer sacrificios, y ofrendas a cada uno de aquellos santos en particular, comienzan por el fuego, a quien por más disimulación le tienen puestos varios nombres en la lengua mexicana: Xiuteuctli, quiere decir Señor de los años, y, del tiempo; Ixcoçauhqui, el del rostro amarillo; Chiucnauhyo teuctli, nueve veces señor; Nauhyoteuctli, cuatro veces señor.

Llámanlo Dios Tetatzin, que quiere decir Dios padre, conservando en este nombre el antiguo, conque le llamaban padre, y madre, y en cuyas manos nacimos, y como han oído predicar que el Espíritu santo vino en lenguas de fuego sobre los apóstoles, atribuyen el nombre de Dios Espíritu santo al fuego, entendiendo por él a su Dios, que es el fuego. Llámanle otros san Simeón, y otros san Joseph, porque ordinariamente los pintan viejos; y con estos nombres disimulan, y conservan el antiguo nombre, conque llaman al fuego Huchuentzin, que quiere decir viejo; y finalmente otros le llaman: inteiacancatzin in totecuyo, el precursor del señor, porque para todas las cosas de sus sacrificios ha de ir por delante el fuego.

Desta manera palian, y encubren su veneno; ut non arguantur opera eorum, para no ser conocidos; y no se contentaban entonces con mezclar, y confundir las cosas dichas, sino que pasaban más adelante a mezclar algunas de los sacramentos de la santa madre Iglesia con sus ritos, y supersticiones, como el bautismo, en el cual así como en la iglesia católica, se usa de agua, y candela encendida; así estos idólatras usan de las mismas cosas entre los otros requisitos para su bautismo, en el cual ponen nombre a las criaturas al tiempo, que las bañan (como veremos después) o bautizan conforme a su rito antiguo, y conforme a su calendario, los cuales sirven de sobrenombres a los nombres de los santos, que después les ponen en el bautismo de la Iglesia, como llamarse Juan Quetzalcoatl, que es nombre de uno de sus dioses llamado así; y Juana Cozqui, nombre de una diosa llamada así también.

Tienen su modo de confirmación, que en cierto tiempo después del bautismo dicho agujeraban las orejas a las criaturas, y hacían otras ceremonias, dándoles sus padrinos, y madrinas, como se dan en el sacramento de la confirmación. Y no menos tienen mezclas de supersticiones antiguas en el sacramento del matrimonio; que cuando traen las donas a la desposada, las ofrecen primero al fuego, y cuando se han ya casado, de la comida dan las suegras cuatro bocados, la una a la nuera, y la otra al yerno, y tomando los cantos de las vestiduras de los desposados las atan, y dan un nudo, conforme a su rito antiguo, y al cuarto día del desposorio sacuden los petates, donde han dormido los recién casados, y con unas calabazuelas, o otra cosa semejante echan ciertas suertes, para ver por ellas, cual de los desposados ha de salir de la casa de sus padres, e ir a la casa de los padres del otro desposado.

Y aunque en el santo sacramento de la Eucaristía no hagan alguna superstición, el Demonio hace lance en ellos, en poner en algunos duda en la asistencia de Cristo Señor Nuestro en este sacramento (y en estos tiempos de ahora no han faltado algunos de sus malignos ministros, que hayan querido imitar este divino sacramento con los hongos del monte, como diré en el discurso de este manual).

Y en cuanto al santo sacramento de la confesión, y extrema unción, ya que no mezclen estos sacramentos con sus ceremonias idolátricas; hacían entonces otra maldad, e iniquidad de marca mayor: pues habiendo el enfermo cumplido con su obligación de recibir estos santos sacramentos, como es uso, y costumbre de la Iglesia, en saliendo el ministro sacerdote de la casa del enfermo, entraba el ministro del Demonio, uno de sus médicos, o viejos, y ponía en ejecución su idolatría tan sutilmente, y con tanto engaño, que le hacía entender al enfermo, que es tan necesario hacerle algún sacrificio al fuego, que sino lo nace, no le costara menos, que la vida, como si después de hecho, no fuese lo más ordinario el morirse; y esto es lo más ordinario.


(Continues...)

Excerpted from Tratado de las Idolatrías, Supersticiones, Hechicerías, y Otras Costumbres de las Razas Aborígenes de México by Jacinto de la Serna. Copyright © 2015 Red Ediciones S.L.. Excerpted by permission of Red Ediciones.
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Table of Contents

Contents

CRÉDITOS, 4,
PRESENTACIÓN, 13,
CARTA DEL MUY VENERABLE PADRE MARCOS DE YRALA, 15,
CAPÍTULO I. DEL ESTADO, QUE TENÍAN LAS IDOLATRÍAS ANTES DE LAS CONGREGACIONES DE LOS INDIOS HA POBLADO, 28,
CAPÍTULO II. DE EL ESTADO, QUE TUVIERON LOS INDIOS EN SUS IDOLATRÍAS DESPUÉS DE LAS CONGREGACIONES, 37,
CAPÍTULO III. EN QUE SE PROSIGUE LA MISMA MATERIA CON SUCESOS DE IDOLATRÍAS EN OTRAS PARTES, 51,
CAPÍTULO IV. EN QUE SE PROSIGUE LA MISMA MATERIA CON SUCESOS Y CASOS SUCEDIDOS AL AUTOR EN QUE SE VERIFICA HABER HOY IDOLATRÍAS ENTRE LOS INDIOS, 64,
CAPÍTULO V. EN QUE PROSIGUE LA MISMA MATERIA DEL ANTECEDENTE, CON OTROS SUCESOS, 78,
CAPÍTULO VI. EN QUE SE PONEN ALGUNOS PRINCIPIOS GENERALES PARA CONOCER LAS IDOLATRÍAS DE LOS INDIOS, 84,
CAPÍTULO VII. EN QUE SE PROSIGUE LA MISMA MATERIA, Y SE PONE EL CALENDARIO DE LOS MESES, 94,
CAPÍTULO VIII. DE LA DEMOSTRACIÓN NUMÉRICA DE LOS SIGLOS, Y DE LOS DÍAS DE CADA AÑO, Y DE LOS NUEVE SIGNOS, QUE ACOMPAÑABAN A LOS DÍAS DEL AÑO, 113,
CAPÍTULO IX. DE ALGUNAS OBSERVACIONES, Y SIGNOS PERTENECIENTES A LOS DÍAS, Y SIGNOS DE TODO EL AÑO, 133,
CAPÍTULO X. DE LAS DIECISÉIS FIESTAS MOVIBLES, QUE TENÍAN LOS INDIOS DEMÁS DE LAS DEL CALENDARIO, FIJAS Y DE TABLA, 139,
CAPÍTULO XI. DE ALGUNAS ANOTACIONES PERTENECIENTES A LOS CALENDARIOS, PARA MEJOR, Y MÁS PLENA INTELIGENCIA DE LAS SUPERSTICIONES, 150,
CAPÍTULO XII. EN QUE SE TRATAN ALGUNAS FÁBULAS DE LOS INDIOS, EN QUE SE FUNDAN ALGUNAS SUPERSTICIONES SUYAS, 164,
CAPÍTULO XIII. EN QUE SE PROSIGUE LA MATERIA DEL ANTECEDENTE CON OTRAS COSAS, QUE PERTENECEN AL MISMO INTENTO: Y TRÁTASE TAMBIÉN DE LOS AGÜEROS DE ESTOS NATURALES, 176,
CAPÍTULO XIV. EN QUE SE PROSIGUE LA MISMA MATERIA DE AGÜEROS EN EL CANTO DE LAS AVES, FANTASMAS NOCTURNAS, ANIMALES TERRESTRES, Y SABANDIJAS, 189,
CAPÍTULO XV. EN QUE SE TRATA DE ALGUNAS HIERBAS, A QUIENES LOS INDIOS DEIDAD, Y CON QUE USAN SUPERSTICIONES, 201,
CAPÍTULO XVI. DEL CONOCIMIENTO DE LOS SACERDOTES DE LOS INDIOS, Y DE LOS ACTOS PENITENCIALES QUE LES HACÍAN HACER, 210,
CAPÍTULO XVII. EN QUE COMIENZA A TRATAR DEL EJERCICIO DE TODAS ESTAS COSAS PARA MAYOR CONOCIMIENTO, Y EXPERIENCIA DE LAS IDOLATRÍAS, DE LOS MÉDICOS, DE LAS PARTERAS, Y RESTITUCIÓN DEL HADO, 218,
CAPÍTULO XVIII. DE LOS SORTILEGIOS DE MANOS, Y DE OTROS MODOS, QUE USAN LOS INDIOS SUPERSTICIOSOS, 227,
CAPÍTULO XIX. DE LOS CONJUROS, Y SUPERSTICIONES QUE USAN LOS INDIOS ACERCA DE LAS ACCIONES HUMANAS, 237,
CAPÍTULO XX. EN QUE SE COMIENZAN A PONER PARTICULARES CURAS, DE QUE USAN LOS MÉDICOS, SUPERSTICIOSOS EN LAS ENFERMEDADES NATURALES Y CONOCIDAS DE LOS INDIOS, 249,
CAPÍTULO XXI. EN QUE SE PROSIGUE LA MATERIA DE LAS CURACIONES SUPERSTICIOSAS DE LOS INDIOS, 255,
CAPÍTULO XXII. EN QUE PROSIGUEN OTRAS CURAS SUPERSTICIOSAS, 262,
CAPÍTULO XXIII. DE OTRAS ENFERMEDADES, Y CURAS SUPERSTICIOSAS, PRINCIPALMENTE A LOS HUESOS, 268,
CAPÍTULO XXIV. DE LAS SUPERSTICIONES, QUE TIENEN LOS INDIOS EN LAS COSAS PERTENECIENTES AL SUSTENTO DE SU VIDA Y PRINCIPALMENTE EN SUS SEMENTERAS, 272,
CAPÍTULO XXV. DE LAS SUPERSTICIONES, QUE TIENEN EN LA INDUSTRIA DEL CAZAR ANIMALES ASÍ EN LA TIERRA COMO EN EL AIRE, 282,
CAPÍTULO XXVI. DE LA INDUSTRIA SUPERSTICIOSA, QUE TIENEN LOS INDIOS EN EL MODO DE PESCAR, 293,
CAPÍTULO XXVII. DE LAS SUPERSTICIONES, QUE LOS INDIOS TIENEN EN LA INDUSTRIA DE TRAJINAR, CORTAR MADERA, Y HACER CAL, 299,
CAPÍTULO XXVIII. DEL REMEDIO BREVE, QUE TODAS ESTAS MATERIAS PIDEN; Y LO MUCHO QUE LE INCUMBE A NUESTRO REY, A SUS VIRREYES Y MINISTROS EL PROCURARLO, 306,
CAPÍTULO XXIX. DEL CUIDADO GRANDE, QUE ESTAS MATERIAS DEBEN DAR A LOS ILUSTRÍSIMOS SEÑORES ARZOBISPOS, Y OBISPOS, Y DE CÓMO DEBEN PROCURAR EL REMEDIO, 315,
CAPÍTULO XXX. EN QUE SE TRATA SER EL PRINCIPAL REMEDIO, Y MÁS NECESARIO LA CONTINUA PREDICACIÓN DE LOS PÁRROCOS CONTRA ESTOS DELITOS DE SUPERSTICIONES, 316,
CAPÍTULO XXXI. DE LA NECESIDAD QUE HAY DE INQUIRIR GENERALMENTE ESTOS DELITOS DE IDOLATRÍA, Y DE CASTIGARLOS, PARA QUE SE ENMIENDEN, Y ACABEN, 322,
CAPÍTULO XXXII. EN QUE SE TRATA DE LA CONVENIENCIA, GRANDE, QUE PARECE QUE HAY, EN QUE ESTAS PENAS SE EJECUTEN POR LOS MISMOS MINISTROS, Y PÁRROCOS DE LOS INDIOS, 327,
CAPÍTULO XXXIII. DE LO QUE HAN DE HACER LOS MINISTROS EN EL EXAMEN DE ESTOS DELITOS, Y CUENTA QUE DE TODO HAN DE DAR A LOS PRELADOS, 332,
LIBROS A LA CARTA, 341,

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