Con sólo quince años de edad, Ursúa se embarca hacia América en busca de fortuna y de gloria, llega primero a Perú donde la insurrección de Pizarro, la confusión general y un tesoro que ya se encuentra en manos de otros españoles, le hacen dudar de continuar en esas tierras. Sin embargo, estando allí una carta de un tío le devuelve la esperanza; Miguel Díaz de Armendáriz, nombrado juez de la Nueva Granada, invita a Ursúa a Cartagena. El joven acude en el acto y a partir de allí se puede decir que comienzan sus aventuras y desventuras en el Nuevo Mundo. Guerras sangrientas y crueles contra indígenas y negros libertos, engaños y traiciones, un amor por una india y un hijo con un blanca al que jamás conoció, y atravesando todo esto, constante, como grabado sobre piedra, la leyenda de El Dorado, la máxima quimera de todas sus ambiciones.
Con un lenguaje poético y con un conocimiento histórico serio y profundo, William Ospina aborda a este personaje, dando al lector un testimonio dramático de la colonización, vista con ojos de poeta. Una novela que interesará a ambos lados del Atlántico.